miércoles, 8 de septiembre de 2021

06569-66.LIBROS: Las flores del mal de Charles Baudelaire

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06484 (19.05.2021 - 03.Paseos por el pueblo y la mar 
                                      de José Antonio Montero

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                                       de Wittgenstein)


-I-

      LAS FLORES DEL MAL de Baudelaire es un pequeño poemario de tan solo trece composiciones que, al cabo de su lectura, resulta decepcionante si se le relaciona con la fama que arrastra consigo. No cabe duda que la publicación de tales poemas, en cuanto a sus descripciones y tema, en la sociedad burguesa del siglo XIX, implicaban un rechazo visceral de los mismos, pero ya en el siglo XXI sus contenidos pierden fuerza y se muestran algo insulsos. La Mujer y El Poeta son los protagonistas básicos, y la visión de Baudelaire sobre la sociedad es mera fachada; para Baudelaire es la Mujer el demonio, un ser que lo confunde mientras lo atrae, una suerte de maldad encubierta al servicio de los instintos del Poeta, de manera que Baudelaire no acepta el compromiso de la bondad ni de la vida en común.

     BAUDELAIRE es inocente, el elemento culpable es la sociedad, de forma que todo cuanto le acontece es producto de la maldad de la Mujer y del abandono de Dios; los lamentos y las oraciones que se describen son sobre el Poeta, una suerte de contradicción argumentada que busca justificar la inmoralidad interna de su "ser", haciendo justo lo que critica del mundo, ejerciendo su inmoralidad como moralidad invertida, es decir, acudiendo a Dios y tomando el camino contrario, de manera que maltrata a la mujer, haciendo un uso despiadado de su cuerpo, mientras vierte lágrimas de cocodrilo por sí mismo y por su innata maldad; en cierto sentido es a dios rogando y con mazo dando.

     Estamos ante un caprichoso, un parásito social que se justifica por su amor al arte; "sabiendo lo mucho que amo el arte, toma a veces la forma de la mujer" el Demonio, "lejos de la vista de Dios", llevando al Poeta a su destrucción. He aquí la elocuente inocencia de Baudelaire, incapaz de aceptar que la vida es trabajo además de juergas y holgazanería, de forma que vive de una pequeña herencia familiar y de unas ayudas públicas posteriormente.

-II-

      La NARRATIVA es ampliamente descriptiva y emocional, dinámica y musical, con oraciones sencillas que enlazan palabras simples,  muy directa y sin doble intención, de lo que resulta una lectura sencilla y ágil, pero que requiere encadenar los contenidos de los versos. Emplea DIÁLOGOS, en ocasiones redacta pequeñas comparaciones, resuelve bien las ideas fundamentales y hace uso de diferentes personajes para confrontar distintas situaciones, dominando los espacios y tiempos descritos, los cuales emanan de experiencias personales y sueños imposibles. El TEXTO responde al subjetivismo propio de lo poético, sin duda lleno de vida y de fuerza, mezclando a los personajes con el narrador en un ambiente plenamente connotativo.

-III-

      En la DESTRUCCIÓN encontramos la inocencia del poeta frente a las manipulaciones del Demonio y su forma de mujer; Dios no está presente, de ahí que pueda el Demonio actuar contra el inocente Poeta, inmerso en las drogas que le son servidas por una mujer.

      En UNA MÁRTIR refleja un asesinato, la figura del hombre es el esposo vengativo que se confunde con el asesino, la relación es una conjunción de amor y deseo. Estamos en una alcoba que se describe espacialmente junto a una descripción del cadáver cuya cabeza, separada del cuerpo, es el actor principal del poema. El Poeta detalla mediante primeros planos y planos de detalle sobre el tronco de la mujer, sus pertenencias materiales, la sangre esparcida sobre las sábanas, el vacío de las ideas, la fatal belleza de un cuerpo inerte, mientras expone el Poeta una oración lastimera. 

      En la ORACIÓN DE UN PAGANO es la voluptuosidad, como diosa, la que enerva los bajos instintos del Poeta, siendo la mujer, de nuevo, la pecadora destinada a satisfacer las necesidades del Poeta; aquí no importa la mujer, sino el alma del hombre que promete que ella será su reina. 

      En LESBOS no interviene el Poeta en la escena, simplemente se aleja y observa, describe y argumenta. Cada grupo de versos comienza y termina con el mismo verso, sellando cada descripción contenida en los mismos como unidad, como si en cada cajón de un sinfonier se desarrollasen diferentes escenas cuyo englobado fuese único, y no fuese posible el dios/juez capaz de sentenciar sobre la moralidad humana. En la primera parte del poema encontramos el concepto de la isla; todo es posible en Lesbos, todo se hace realidad en el amor entre mujeres; ellas obtienen aquí la felicidad entre ellas mismas, no precisando, fuera del espacio que delimita la isla, el reconocimiento de sus sentidos y de sus acciones, de modo que en Lesbos solo es posible la realidad del amor expresado sin limites. En la segunda parte, Safo es la protagonista, la reina de la isla, pero su vida se desarrolló en Sicilia. El Poeta la presenta relacionada con Lesbos, de manera que se acrecienta la confusión popular que fue Safo una cortesana, realidad no demostrada; Safo aparece como la viril, la amante y la poetisa,  más hermosa que Venus y que murio por transgredir el culto y el rito vigente. Sin embargo, no está demostrado ya que lejos de esto Alceo ensalza su castidad y nobleza, y estuvo casada, teniendo una hija, siendo su escritura apasionada, en cierto sentido confusa, pero no erótica ni amante de las mujeres. Tampoco se justifica la redacción del Poeta en cuanto a que Safo se lanzara al mar, donde murio, al ser despreciada por Faón.

      En un PRIMER MUJERES CONDENADAS conocemos a Delfina y a Hipólita mediante un dialogo entre ambas; Hipólita representa a la mujer, yace en un lecho con triste voluptuosidad, rendida a Delfina, que la vigila, tendida a los pies de Hipólita, como el depredador que, tras haber marcado a la presa, la vigila para comérsela después. Delfina, que se presenta como el hombre, inicia el dialogo, respondiendo Hipólita. Para el Poeta ambas mujeres son víctimas, y ambas recogen la tormenta de su placer y goce común, exhortándolas a huir para cumplir su destino de amor. 

      En un SEGUNDO MUJERES CONDENAS se acrecienta la relación lésbica, pero aquí las protagonistas son un grupo de mujeres tendidas en la playa; unas se sitúan en un bosque, otras entre rocas, y un tercer subgrupo en una cavidad, sintiendo el Poeta, por todas ellas compasión. 

     En LAS DOS BUENAS HERMANAS se debate el Poeta entre la Lujuria y la Muerte; aquí el sujeto es el Poeta, que se define como enemigo de las familias y amante de los burdeles, oscila entre ambas hermanas, de las que recibe placeres y el futuro de un entierro, de lo que resulta un grupo de versos íntimos inmersos entre unos brazos inmundos y unos oscuros cipreses. 

     En LA FUENTE DE SANGRE de nuevo el Poeta es el protagonista junto a la sangre que escapa por una herida; el amor es definido como un lecho de agujas donde el Poeta da de beber a la cruel mujer que lo sumerge en un sueño de olvidos.

    En ALEGORÍA se detallan los venenos del garito y la sumisión del Poeta a la mujer, a la que todo le resbala y en la que todo rebota; se describe el cuerpo de la mujer tanto en su forma y estructura como la causa básica de la perdición del hombre. 

    En LA BEATRIZ encontramos dos situaciones; por una parte, unos demonios y enanos definen al Poeta como vividor, bribón y pícaro; por otra parte, la Amante del Poeta, lejos de defender su amor, se une al grupo, acariciando a demonios y a enanos, riéndose del Poeta, que siente, en la más profundo, la traición de la mujer.

    En LA METAMORFOSIS DEL VAMPIRO queda definida la Mujer, primero por su boca de fresa, y una consumada la relación como un pozo de pus incrustado en un esqueleto, de manera que la belleza del goce se transforma en la realidad de la fealdad tras el goce. El Poeta, llevado por su lívido, ve a la mujer como la potencia que ha de liberarle del contenido de su naturaleza y extraerle la sustancia de su semen, momento cumplido del que emana la Mujer/Vampiro, y puede ser advertido que la mujer, una vez sacia al hombre, deja de ser mujer. 

     En UN VIAJE A CITERA el Poeta recupera una segunda isla y se centra en la diosa Venus, la segunda mujer más hermosa si repasamos el poema "Lesbos". La isla se presenta triste y oscura, pobre y desértica a la par que un jardín de rosas, en la cual vive una sacerdotisa y se atisba la presencia de un ahorcado siendo pasto de aves y cuadrúpedos. En la segunda mitad del poema emite el Poeta una oración por el muerto y, de seguido, pide ayuda a Dios para evitar la repugnancia que el Poeta se produce a sí mismo, pudiéndose entender que el Ahorcado y el Poeta son el mismo.

     Por último, en EL AMOR Y EL CRÁNEO incide el Poeta en sí; en cierto sentido es el más desconcertante de los poemas. El amor esta inmerso en un cráneo del que surgen pensamientos producidos por un monstruo, dando la sensación que el Poeta es irresponsable de sus decisiones.

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