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MEDIANOCHE EN PARÍS (para los ilustrados Midnight in París, o tal vez Pagi, o algo parecido) es una película de Woody Allen, del año 2011, siendo USA su país, tiene una duración de 1,40 horas, responde al género de la comedia, con una diversidad de músicas, y fotografía de Darius Khondji
La película se abre con un documental publicitario, de unos tres minutos de duración, sostenido por una serie interminable de "panorámicas" que abarcan desde al alba del día hasta su transformación en noche. Pareciera que estamos en primavera, el cielo de París está encapotado, llueve y el Sena es de color verde, no apareciendo en la autotitulada "ciudad de la luz" luz alguna por ningún sitio, sino que responde a un sentido "gris" de la vida, salvo por la coloración dorada y negra que prevalece en el metraje. París es protagonista activo en la película, un personaje vuelto hacía sí mismo, inmerso en el pasado, como carente de presente. WOODY ALLEN se proyecta "a sí mismo" en el personaje de "Gil", es la DIRECCIÓN, el guion y el protagonista dentro del cuerpo de otro (Owen Wilson). Además de los mencionados "planos de conjunto", realiza diversos "travelin" siendo el más destacado el que realiza en Versalles siguiendo a los cuatro actores, que se mueven en fila india y realizan un movimiento en "U", desde una captación de los jardines hasta una parcial presentación del palacio. La DIRECCIÓN ARTÍSTICA es meticulosa, cuidada, existen una gran variedad de cuadros, en cierto sentido con personajes algo estáticos, y es interesante "la doble escena en una" cuando en primer plano tenemos al médico y a la madre de Inés junto al padre convaleciente, mientras al fondo discuten Gil e Inés. El resto responde a planos de "semiconjunto", "planos medios" y "primeros planos".
La ESCENOGRAFÍA profesional, sin mención especial el VESTUARIO, la PELUQUERÍA, el DECORADO, el MAQUILLAJE, así como la FOTOGRAFÍA. En cuanto al MONTAJE bien trabajado, da continuidad a la historia, aunque comete al final del metraje un grave error; salta de la escena de "dónde está el detective" a una empalagosa escena final sobre un puente, cuando, y tal vez, con "la huida del detective" de dos soldados del siglo XVIII hubiese sido un final más impactante.
El GUION recuerda el "cuento de Cenicienta", solo que Cenicienta es ahora un hombre, y el príncipe es "una vendedora" llamada Gabriela. Es una interpretación libre del espacio y del tiempo, así tres noches de salida por París equivalen a un viaje al Kilimanjaro. Por otra parte parte "el espacio" realiza introducciones no lógicas dentro de una secuencia general, pasamos de los años posteriores a la primera guerra mundial a los años anteriores, véase escena de Gil y Adriana cuando rompen por una disfunción espacial entre épocas. Ahora bien, contrario a la Cenicienta, las doce campanadas anuncian el inicio de la aventura, aparece un carruaje, un peugeot antiguo, que transporta a Gil a un mundo que le ayuda a renegar de su presente, pero nunca sabemos como regresa al presente, salvo que se encuentra sobre la cama en el hotel. Los DIÁLOGOS son abultados, en ocasiones imperceptibles tanto por el empleo del francés como de una música algo elevada en volumen; guardan cierto contenido que relaciona la huida del hombre hacía un pasado al que quiere pertenecer porque lo considera más interesante, idealizando épocas no vividas como extraordinarias. Por citar a los españoles, pasan por escena Belmonte, Picaso, Buñuel y Dali.
Los actores, en general, cumplen. El metraje es llevado por OWEN WILSON (Gil), imitación de Woody Allen actor, bien por parte de RACHEL MCADAMS (Inés) y sus padres, floja MARION COTILLARD (Adriana) e impresentable y nefasta, tirando a muy mala, la primera dama francesa CARLA BRUNI
La película, en sí misma, podría titularse Medianoche en Jijona, pero el halo romanticoide de París vende, lo que no hace Jijona; en esto reside la miseria de Woody Allen, recuérdese Nueva York con Manhattan, Londres con Punto de Partido, Barcelona con Viki y compañía. No obstante lo anterior, cada cual puede rodar donde le venga en gana. Nos encontramos ante una película algo monótona, repetitiva, ejecutada por un buen director, que la hace agradable.
