Documento posterior
Descansan los ojos,
cerrados descansan,
mientras una pantalla
negra se abre
a las frías imágenes
que cobran vida.
Todo, aquí, está perdido,
el viejo molino de agua,
la fábrica de papel
a la vera del río. Todo
salta a su lunática
condición, aquí
todo está perdido. Los
libros sin letras,
sin tinta las plumas,
un cartucho disparando
una escopeta, y esa
regla curvada que nada
mide, perdidos están
todos, todos prendidos
de la negra pantalla
que forjan los ojos.
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