viernes, 20 de mayo de 2011

00567-01.TEATRO: 01.El Tiempo y los Conway

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Se ha escenificado en el TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE la obra de JOHN BOYTON PRIESTLEY dirigida y escenografiada por Juan Carlos Pérez de la Fuente, con una duración aproximada de 2,00 horas, que nos presenta la evolución de la familia Conway a lo largo de veinte años que transcurren entre la primera y segunda guerra mundial, en una zona provinciana cerca de Londres. Una madre, sus cuatro hijas y dos hijos junto a una nuera, un yerno, y un casí amante. La NARRATIVA se extiende a lo largo de dos noches, sobre tres actos, de modo que el primero y tercer acto, primera noche que corresponden al año 1919, son interrumpidos por el segundo acto, segunda noche que corresponde al año 1937. De este modo la "presentación" corresponde al primer acto, correspondiendo el "desenlace" al segundo y siendo el tercero el "desarrollo", de modo que se modula el "tiempo" en este sentido, mientras el "espacio" queda, en toda la obra, referenciada por el mismo plano escénico.

La HISTORIA es la ordinaria del tiempo pasando sobre el devenir de una familia, apoyándose excesivamente en escenas cotidianas y reiterativas, los DIÁLOGOS carecen, en general de interés, no llenan el escenario y hacen que la obra se asiente sobre una extensión temporal muy larga y, en algunos momentos, algo pesada.

La ESCENOGRAFÍA responde a unos módulos móviles que fijan el salón de la casa, módulos que sufren de diferentes inclinaciones que pretenden distorsionar el "espacio", dando la sensación de paso del "tiempo", un canapé y un cubo grande donde sentarse sirven para delimitar los movimientos de los personajes sobre el escenario. La DIRECCIÓN es meritoria y salvo leves desencuadres de los personajes, la fluidez es buena. La ILUMINACION carece de interés, el VESTUARIO variado y acertado, PELUQUERÍA y MAQUILLAJE en su justo punto.

Lo mejor del REPARTO es Luisa Martín (la madre), sobre la cual gira la historia que se cuenta, aunque la narrativa se emplaza desde la posición visual de Nuria Gallardo (la hija Kay), ya que por ella se establecen los cambios de los "actos". La expresión corporal y la gesticulación destacan en Débora Izaguirre (la hija Hazel), en Ruth Salas (la hija Carol) y en Juan Díaz ( el hijo Robin), aunque solo se produzca en breves y cortos momentos de la escenificación. Cumplen el resto de los actores, a excepción de Alejandro Tous (el hijo Alan) quien muestra evidentes carencias fonéticas, es especial cuando queda a solas hablando con Kay.

Por otra parte tal cantidad de personajes y servicios técnicos hacen de esta obra que sea el esfuerzo de un colectivo teatral, frente a la declamación de un monólogo o de un par de personajes.

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