martes, 20 de agosto de 2024

08444-171.IMPOSIBLES: Con Noa hasta el infinito

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08376 (12.07.2024 - Gerardo El Nada)

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    Al despertar tanteo, con un píe, el suelo; había suelo. Puso los dos píes en el suelo y confirmó que había suelo. No escapó el suelo, sino que seguía donde lo dejó al acostarse. "No hay que fiarse del suelo" pensó. El suelo es un traidor que puede desaparecer en cualquier momento; es mejor desconfiar del suelo. 

    Se puso en píe, se tambaleo y sus nalgas se asentaron en el colchón; el aire estaba durmiendo. Maldijo, algo maldijo, y se puso en píe entre el suelo que estaba en su lugar y el aire ya despierto. Se tambaleo de nuevo, dio un paso, se tambaleo, más, se mantuvo firme, "ya está bien de tonterías" pensó.

      Levantarse es un hecho que sucede en el mundo y que tiene como consecuencia agacharse; se acordó de aquella canción, de aquel mandato divino, levantarse y volverse a agachar, y, para entretenerse, tarareo la canción.

    Apretó un interruptor; la luz estaba durmiendo y, observó, estaba despierta la oscuridad. "Tal vez la luz y la oscuridad eran lo mismo" pensó; para un animal sin ojos es la luz la oscuridad y, sin duda, en la oscuridad la luz. "No te líes" pensó, y a tientas, con su mano sobre la pared, inició el camino tarareando la canción.

       "¿Dónde está el camino?" pensó, que no lo encontraba; tropezó con un objeto, ese no era el camino, quebró su dirección, tropezó con otro objeto, ese no era el camino; ¿dónde está el camino?, "que no te veo, camino" dijo. Tarareaba la canción. Y llegó el milagro, entre dos paredes encontró un hueco, avanzaba, y tanteando más paredes, en tanto tarareaba la canción, no fue haciendo camino, sino que pisaba un camino que ya estaba hecho. "Todos caminamos por un camino, nadie hace camino" pensó, "¡tonterías de un poeta" añadió. 

       Aquí no era; ¡que importaba!; se hacía. Y si era necesario lo haría. A estas horas ya lo habría hecho Noa, pero él no era una perra; lo miraba Noa, que si veía. 

      Le apretaba de malestar la entrepierna; ¡qué difícil es encontrar la liberación sobre un camino!

      "Ven" le dijo Noa; "yo sé caminar sobre este camino" añadió Noa

      "¡Que triste es depender de una perra para hacer un camino!" pensó, y asido al rabo de Noa se dejó llevar hasta el infinito mientras tarareaba la canción.

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