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08536 (08.09.2024 - Del doctor Emeterio)
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En la profundidad de un bosque, acompañados del silencio emanado del aire, sentados estaban El Gorila y Cómodo Centón
- ¿Quién eres? -pregunto El Gorila-
- Soy un hombre
- ¿Un hombre?, ¿y eso que es?
- Aquel que tiene alma?
- ¿Alma?
- Los hombres tenemos alma -dijo Cómodo-
- ¡Ah!, ¿y eso que es? -preguntó El Gorila-
- Eso es un invento de los hombres
- ¿Tú tienes alma?
- Bueno, yo no; son los hombres los que tienen alma
- Pero, tú eres un hombre
- Cierto -aseguró Cómodo- Pero, yo no tengo alma; yo ya he cruzado sobre el abismo. Son los hombres que yacen en la plaza pública los que tienen almas; son los creyentes. ¿Eres tú un creyente?
- ¿Creyente?
- ¡Si, un creyente! -insiste Cómodo- El creyente es el problema
- ¡Ah! -no entiende El Gorila-
- Un creyente cree en algo que es superior a él, luego todo creyente es un ser inferior. Dime, ¿los gorilas creéis en Dios?
- ¿Quién ese ese? -pregunta El Gorila-
- Pues no te lo voy a explicar no sea que por explicártelo empieces a creer.
En la profundidad de un bosque, acompañados del silencio emanado del aire, sentados estaban El Gorila y Cómodo Centón.
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