lunes, 21 de junio de 2021

06510-239.GENERALIDADES: 86.Virus Corona: El certificado de la vacuna de Cómodo

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06463 (06.05.2021 - 85.Virus Corona
                                  Biden y la libre fabricación 
                                      de la vacuna)

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06515 (07.07.2021 - La propina)
06527 (29.07.2021 - 87.Virus Corona: 01.Quinta ola
                                  01.De la Coevolución de Combate 
                                       Vacuna y tratamiento)


      Como no llaman a Cómodo Centón para que se presentase a la vacunación de Evico-19, y ante la insistencia de la Centona, presentó Cómodo en Muface (Mutualidad de Funcionarios del Estado) un escrito que dice: "después de varios intentos fracasados  de comunicarme con ustedes por teléfono, la presente es para indicarles que tengo 66 años, una poliartritis crónica soriásica y diabetes dos, que estoy tratado con cosentyx.150mg y Ozempic.1mg, además de calmantes y antiinflamatorios, y que al día de la fecha no he sido vacunado ni tan siquiera citado para ser vacunado"

      Sin tardanza recibí llamada teléfonica de Muface; me dijeron que los de mi edad estaban avisados y vacunados, pero que no constaba en Muface mi número de teléfono móvil. 

      Respondí que no tenía teléfono móvil ni ordenador, ya que la Constitución Española de 1978 no me obliga a tener ni teléfono móvil ni ordenador, pero que Muface disponía de mi teléfono fijo. 

      Me dijeron, por respuesta, que debía de acudir al ambulatorio de la Seguridad Social más cercano a mi domicilio; lo que hice.

      En el ambulatorio me pidieron mi documento nacional de identidad, y apareció en pantalla que no figuraba mi teléfono móvil y el imeil correspondiente; afirmé que no tenía ni lo uno ni lo otro, por una cuestión constitucional, pero que en la pantalla aparecía mi teléfono fijo, lo que era así. 

      La recepcionista, a la vista de la realidad, me dio cita en breve; acudí, y entre que entré y salí estuve unos diez minutos para ser pinchado; no me sentaron en una silla para pincharme, como he podido ver en la televisión repetidamente, ni estuve sentado en silla alguna por sí acaso iniciaba un proceso de reacción partida a la muerte como consecuencia del pinchazo. Antes me dieron cita para la segunda dosis de pefizer.

      Acudí en la fecha indicada, esta vez tardé unos quince minutos entre entrar y salir, y  lo mismo, ni silla para pincharme ni silla de espera para ver si me iba al otro mundo. 

      El enfermero me dio un papel para que yo entrase en internet y obtener así el correspondiente certificado; le comenté que no tenía ni teléfono móvil ni ordenador, ya que la Constitución Española de 1978 no me obliga a tener ni teléfono móvil ni ordenador, pero el enfermero me dijo que cogiese el papel que me daba, lo que hice.

      Dos días más tarde volví al ambulatorio con un escrito, estableciendo los antecedentes descritos en párrafos anteriores, e "interesando se remita a mi domicilio, vía correo postal, el correspondiente certificado en español, que es la lengua que entiendo y comprendo" de estar vacunado contra Evico-19.

      No tardó la Coordinadora de Enfermería del ambulatorio en llamarme por teléfono para indicarme que pasase por el ambulatorio para entregarme el correspondiente certificado de vacunado; lo que hice.

      Lo que no logra entender Cómodo Centón es que, si enfermería podía darle el "certificado", ¿por qué no se lo entregó al cabo de ser pinchado?

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