martes, 2 de noviembre de 2021

06648-108.CINE: El buen patrón

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05983 (09.09.2020 - Las condiciones, para 2025, 
                                     de los Premios Oscar)

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    El BUEN PATRÓN es una película española de 2020, de 120 minutos de duración, tragicomedia dirigida y escrita por Fernando León de Aranoa, música de Zeltia Monte, fotografía de Pau Esteve Birba, montaje de Vanessa Marimbert, protagonizada, entre otros, por Javier Bardem (Julio Blanco), Manolo Solo (Miralles), Almudena Amor (Liliana), Óscar de la Fuente (José), Sonia Almarcha (Adela), Tarik Rmili (Khaled), Celso Bugallo (Fortuna).

        Cuenta la HISTORIA de un empresario, su concepto de empresa, la traslación de dicha definición a una consideración familiar, pero donde la familia/empleados son, de hecho, meros peones de la actividad interna empresarial. La relación entre el patrón, palabra que se repite varias veces, y los peones es el eje central de la NARRATIVA, que se desarrolla en base a cuatro personajes; el patrón que mantiene su poder a base de manipulación, el obrero inútil vencido por ser innecesario y que ataca mediante las tradicionales sentadas y pancartas con frases que riman, la joven becaria o mujer/hombre que aspira a detentar el poder, y el negro emigrante o fuerza/oculta que busca el poder por medio del arribismo. Destaca la unión entre la joven becaria y el negro emigrante en una cama y adaptados al sistema, la negativa del obrero a adaptarse al sistema y la hipócrita utilización que de los tres realiza el patrón; la joven becaria es la falsa pulcritud que la mujer aporta al sistema, el negro emigrante es el odio y la venganza sobre el hombre blanco o la hipocresía de lo multirracial, en tanto el obrero despedido es la soledad del fracaso de los sindicatos en la sociedad actual. El GUIÓN es preciso, retrata perfectamente a los diferentes personajes, sin que ninguno de ellos resulte ni ambiguo ni extraño, de forma que son plenamente reconocibles, intercalando una fluida sucesión de escenas, produciendo risas en una parte del respetable espectador y que aúna sarcasmo y paranoia junto a la realidad de un cambio laboral imposible; por otra parte contiene unos DIÁLOGOS entre lo dramático y lo cómico, con frases muy definidas que describen a diferentes personajes, mientras que otros personajes quedan significados por la ausencia de frases, como la secretaria y el hijo de Fortuna o el conjunto de los empleados de la fábrica así como los representantes del gobierno regional. Sin duda alguna es la DIRECCIÓN lo que determina cada ser de lo que sucede y de cómo sucede, pareciendo que todo se encuentre medido hasta el más pequeño detalle. 

        Estamos ante una película INTELIGENTE, que desarrolla el elemento ideológico paternalista de una empresa, donde las relaciones entre el patrón y el empleado adquieren matices personales que difuminan las líneas de separación y producen zonas difusas de comportamientos que, dándose por hecho que son posibles, no resultan oportunas. Un jefe es un jefe y un empleado es un empleado, confundir ambos campos es un nido de desencantos y de problemas, significando esto que ni el jefe se fía del empleado ni el empleado se fía del jefe.

        Lo que nos presenta la cinta es la actividad de los acontecimientos que suceden dentro de la empresa en cuanto elementos ordinarios, y una cierta traslación de los mismos a las vidas de los protagonistas, sin que exista relación alguna con otras empresas. El COLOR de la cinta es el gris, dejando de lado que la noche es negra, se nos presentan días de nubes, ausencia del sol, con absoluta carencia de alegría, una fábrica gris donde los empleados jamás sonrién, un ambiente gris donde todo resulta calmado y neutro, salvo las escenas de violencia del obrero despedido sobre el patrón y sobre el propio obrero despedido. Destaca el panel de trofeos de la empresa, que es la idea central de la historia, y que vemos repetidamente en casa del empresario, lo que nos dice que el triunfo es del patrón y el fracaso del obrero, ya que de otro modo los trofeos estarían en la fábrica; se trata de un fondo rojizo con algunas luces amarillas sobre algunos de los trofeos, quedando un hueco libre a la espera de un próximo trofeo, donde queda expresado el peligro, el vicio y la violencia intrínseca que contiene la película. 

      Sin duda alguna la película es JAVIER BARDEM y tras él encontramos al resto de los actores, entre los que cabe destacar al guardia jurado y a la esposa del empresario. Bardem es un actor, una constante mutación de sí mismo y capaz de crear personajes plenamente compactos y sin fisuras, capaz de transfigurarse en otro sin que se note ni el evidente cambio de la figura ni el aspecto resultante.
       
      Nada cabe destacar en el plano más técnico de la cinta; los PLANOS son encuadres normalizados en sus diferentes proporciones, destacando dos movimientos de CÁMARA obtenidos desde el coche del empresario con giros rotatorios hacía la zona donde queda ubicado el obrero despedido; lo demás son planos fijos, medios y generales, así como de conjunto, y pocos primeros planos. A su vez la narrativa se fundamenta en una serie de transiciones nombradas por los días de la semana. El MONTAJE, por su parte, no contiene roturas apreciables, aunque el corte, en ocasiones, resulta algo brusco. En ocasiones cobra algo de fuerza la MÚSICA, pero sin que contenga ningún tema que pueda ser recordado por el espectador. Nada aporta a la película la FOTOGRAFÍA ni el resto de las habilidades como vestuario, maquillaje, peluquería, etc., salvo la caracterización de Bardem. 

      El BUEN PATRÓN es una película de obligado visionado y que debe de ser contemplada fuera de la escena final, la cual, en sentido estricto, nada aporta al film y se presenta como un pegado, pudiendo ser éste el gran error de la película.

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