05187-139.POLÍTICA. 08.Nacionalismo: Esenios (siglo II)

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       Se aprecia la existencia de una desestructuración piramidal. Prevalece LO/ETERNO y una Idea de la Persona, de modo que la observancia de la LEY se entiende de individual a grupal, siendo posible no tanta la partición del grupo o su misma descomposición como el inicio de un NUEVO ENTENDIMIENTO de la Idea de la Persona. Lo que tienen lugar es una aparente Evolución de la Idea dentro de la propia “idea”; son sabios, piadosos, célibes, yacen en cuevas, y vierte “agua”, y cuando conviven lo hacen en comunidad de bienes donde surge, a partir del Sabio/Ocioso, el MAESTRO como el puente entre lo individual de la Persona y su pertenencia a un grupo, de forma que en ese ascetismo se puede preparar mejor el camino de Lo/Eterno. Ya no existe lo individual, todo es comunidad. La distribución se realiza dentro de las necesidades individuales devenidas de la comunidad, de forma que “se es lo que se es” porque el grupo existe para proporcionar ese “ser”. Se impone la disciplina, la obediencia, y se hace dentro de una fraternal convivencia, lo que es posible en la medida en que nadie es obligado a la práctica de la Idea de la Persona así entendida; juramento y verdad. Surgen, por la desestructuración antedicha diferentes maneras de comprensión de Lo/Eterno. Se puede ser célibe, se admite el matrimonio, se impone la monogamia, pero la MUJER, sometida como ha sido dicho en páginas anteriores, queda fuera como individuo aunque insertada en la comunidad como sujeto poseído. Sin duda alguna, y en esto como en todo, si “uno” estudia para alcanzar a Lo/Eterno, “otro” ha de ocuparse de las necesidades que el camino tiene el “uno”. La PERSONA es un separado de sí mismo, y lo es porque está iluminado, porque conoce lo oculto, porque sabe aquello que no sabe “la otra persona”. Ocupa, pues, el centro; el centro de toda creencia. Es “hijo” de Lo/Eterno, heredero de éste, aquel que se encamina hacia la eternidad tras una vida corta y que ha de ser dedicada a la senda divina. Estamos ante los guardianes de la enseñanza. El objetivo es claro: el triunfo, dentro de la mente humana, de la luz, la aniquilación de lo tenebroso. En este camino la Idea de la Persona determina que en todo hay “verdad”, de ahí que el conocimiento de “toda creencia” sea válido para forjar un compendio de “verdades” a partir de estados diferentes de una misma manifestación como es Lo/Eterno. En éste tránsito terrenal existe la comunicación con lo “celestial”, pero, y a su vez, es preciso evitar el entretenimiento con lo “infernal”. Lo esencial, todo el esfuerzo humano debe de conducirse más allá del cuerpo. Existe el ALMA DORMIDA o aquella sujeta a las prioridades de la materia, de forma que se hace preciso ayudarlas, consolarlas en sus desgracias terrenales, en ese futuro sin Lo/Eterno. Una posición intermedia, el ALMA SEMIDORMIDA o aquella que viaja errante entre lo terreno y lo espiritual, la que es propicia al despertar, y finalmente hay un ALMA DESPIERTA a la que hay que iniciar en el camino de Lo/Eterno, la que tiene la posibilidad de tomar la vía y aprovechar ésta vida pues no existe posibilidad de una segunda existencia en la Tierra.