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06953 (02.06.2022 - 12.Algea: 02.Artritis y Artrosis
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Las aspas del ventilador, en su cárcel encerradas, rozan el aire y levantan un viento que, como nubes esponjosas, se extiende más allá del cubículo y me alimentan. Trabajan de balde, como esclavas, a destajo, y no cobran salario alguno, más, a mí me alimentan, las aspas del ventilador, con una fresca sensación que da frescor a mi cuerpo inexistente, ese cuerpo que la naturaleza para mí ha inventado, pero que yo no hallo, como hallar no hallo en mí el alma que poseen el resto de los seres humanos.
Son plateadas las aspas de mí ventilador negro, y cuando giran tienden a desaparecer como queriendo ser libres a mi vista. ¡Ay aspas que carecéis de alma y de espíritu!, las mismas que cumplís a rajatabla el Principio de Alberto, que conforme aumentáis vuestra velocidad, de mi vista desaparecéis como por milagro, como vulnerando las leyes de la naturaleza, pero, regresando.
Aspas que sosegáis mi quieto camino, decidme, si sabéis hablar, ¿cuál es vuestro destino?
Acaso esclavas de vuestro destino sois, ¡maldito repetitivo destino!, como yo soy esclavo de la estrella sol, envuelto en la cárcel de mis calores, radiando agobiantes sudores carentes de sentido. ¡Que maldita es la naturaleza que a mi me esclaviza en el tubo de la vida, y que permite que yo sea vuestro señor, aspas benditas!
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