DOCUMENTO ANTERIOR
06993 (24.06.2022 - 20.Hogueras: La cremá
en la noche de San Próspero)
07002 (28.06.2022 - 21.Hogueras: 02.La mascletá
o la cuerda de petardos
¿Dónde ejecutarla?)
DOCUMENTO POSTERIOR
07588 (30.06.2023 - 23.Hogueras: 02.Fuegos artificiales
Otros conceptos)
I: CONCEPTO
ALICANTE celebra estos días de junio, tras el fin de las Fiestas de Hogueras, y durante cinco noches, una serie de Fuegos Artificiales en la Playa del Postiguet, donde se pueden reunir unas 100.000 personas en un área de 45.000 metros cuadrados
Desde media tarde ya se puede ver gentes aposentadas, en la arena, en sus sillas de playa, provistos de la cena y la correspondiente bebida, a los que de forma progresiva se suelen añadir otras gentes con sus sillas de playa ocupando un espacio en los paseos que lindan con las arenas de la playa, y ya llegada la noche grupos de jóvenes toman asienta sobre las mismas arenas, quedando, los más rezagados, de pie.
Dichos Castillos de Fuegos Artificiales tienen un presupuesto de 19.000 euros cada uno, incrementándose el gasto en un premio de 2.000 euros al ganador del concurso.
La duración de cada lanzamiento se sitúa por debajo de los quince minutos, y responde a un conjunto calculado de ruido y color.
II: DESARROLLO
Podemos decir que una MASCLETÁ es, esencialmente, ruido con cierta leve carga de color, de manera que la mascletá se oye, en tanto que el FUEGO ARTIFICIAL es pura visualización del color con un añadido de ruido, enmarcado en una idea principal a desarrollar en motivos sucesivos.
Podríamos dividir esos quince minutos del FUEGO ARTIFICIAL en tres periodos, cada uno de cinco minutos.
Hasta el MINUTO CINCO la exposición debería de nacer con traca de tierra en los dos primeros minutos, seguida de una baja elevación de cohetes presentando la gama principal de colores con ausencia de ruido en los minutos tres y cuatro, terminando con una gama invisible de cohetes de medio tono.
Hasta el MINUTO DIEZ debemos encontrarnos con una visualización fraccionada en temas con secuencias de colores progresivos; cada secuencia debe de comportar una idea de color con una historia propia, como si de una película se tratase, es decir, estampas más o menos fijas, escenas diferentes con trama de mezclas de colores espaciados o separados debidamente, acompañados de silbidos, de tonos cada vez más subidos, hasta concluir, ya en el minuto nueve, en una explosión de dichos silbidos y explosiones con cargas de medio elevado contenido
Hasta el MINUTO QUINCE encontraremos la resolución de la idea principal; la historia contada inicia su camino final. Estaremos ante una descarga abrumadora de materia de luz y sonido, donde predominan las figuras más elaboradas acompañadas de ruidos explosivos mutados en música, relacionando la visualización con la audición. A partir del minuto trece la exposición de colores ha de ser especialmente grandiosa y de significativa altura, y por encima descargas atronadoras, de modo que al filo del minuto quince debe de materializarse un dibujo que recoja la totalidad de la idea principal, terminando, a cielo oscuro, con una traca combinada de aire y tierra.
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