08376-170.IMPOSIBLES: Gerardo El Nada

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      Hace tiempo que en la vida de Gerardo sucede lo mismo; nada. Siendo niño le preguntaron qué le pasaba, y contestó "nada". Siendo joven le preguntaron qué le pasaba, y contestó "nada". Ya de adulto le preguntaron cómo de llamaba, y contestó "NADA"

     Nada le pasaba, se llamaba Nada. Y con su "nada" comenzó a ser feliz por nada. 

     ¿Dónde estaba antes de nacer?, en la nada. ¿Dónde estaría tras morir?, en la nada. Y en vida, ¿dónde estaba Gerardo?, en la nada. 

     Conforme a lo anterior, preocuparse por la "nada" era nada, de ahí que decidió ocuparse por la "nada". ¿Cómo lo hacía?, con "nada"

     "No es lo mismo preocuparse que ocuparse" se dijo Gerardo, y quedó complacido de ser "nada"

     Nada tenía que hacer; no era un deportista, no era un científico, no era un político, no era un sindicalista, no era un artista, solo tenía que ejercer "su nada" como si nada; pasar. Y pasar se convirtió en su afición favorita; no era que "pasase" de las cosas ni de los acontecimientos, ni era que desconociese los hechos, eso que hace que sea posible conocer el mundo, sino que aprendió a distinguir entre los hechos en sí, lo que determinaba el derecho de las leyes y las opiniones o creencias de los demás, pero sobre todo de sí mismo. 

 

     Sin embargo, el mundo no eran los hechos, sino la necesidad ilógica de sus necesidades frente al mundo, en lo que intervenía su desgraciada opinión sobre sí mismo, lo que le conducía a sustentar que era "nada" pues nada hacía de relevancia en el presente que fuese recordado en el futuro, que tuviese por contenido su pasado, lo que le llevo a determinar que con la "nada" solo importaba la nada de la nada, y sin la "nada" solo importaba la nada.