viernes, 8 de mayo de 2020

05797-106.IMPOSIBLES: 41.Virus Corona: El hombre que no sabía aplaudir

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05787 (02.05.2020 - 39.Virus Corona: 02.¡Sal a dar un paseo!
                                        Sociedad Primitiva/Infantil)

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06010 (17.09.2020 - 58.Virus Corona
                                       Todo está controlado, y Cómodo)

-I-

      APLAUDIR es ese acto que realiza "uno" en favor de "otro"; se suele aplaudir, de ordinario, a los artistas en varias especialidades como cantantes, bailarines, cineastas y políticos, entre otros. Lo curioso es que el que aplaude, además de aplaudir ha pagado la entrada al espectáculo, y aplaude a "aquel" que realiza un trabajo por el que cobra, mientras que a él nadie le aplaude por repartir paquetes a domicilio.

      Entiende Cómodo Centón que un cantante, un bailarín, un cineasta y un político, entre otros, necesita de ser aplaudido, pero Cómodo, en su trabajo administrativo, también necesita de ser aplaudido cada vez que ejecuta, con arte, un expediente administrativo. 

-II-

       A las 20,00 horas se asoma Cómodo Centón al balcón de su casa; le reciben los aplausos de los buenos españoles como reconocimiento y admiración de todos aquellos que luchan contra Evico-19 en hospitales, tiendas de alimentación, policía, y otros tantos trabajadores que son necesarios mientras el resto de la población permanece encerrada en casa.

      El que aplaude, reconoce un acto o actividad en otro, quién lo recibe ve colmado su orgullo al comprender que sienten por él admiración y gratitud.

      Pero no todo es aplaudible; nadie aplaude a la señora de la limpieza.

      Tampoco Cómodo Centón, en su vida, ha recibido aplauso alguno por hacer su trabajo.

      Pero, al paso de los días, después de varios Estados de Alarma, y ahora con "las fases", el aplauso a favor de hospitales, tiendas de alimentación, policía, y otros tantos trabajadores que son necesarios mientras el resto de la población permanece encerrada en casa, está decayendo, es decir,el porcentaje de los que aplauden ha caído, las televisiones ya no presentan imágenes de gente aplaudiendo a las 20,00 horas, de forma que el brío del comienzo es ahora la desgana del presente, o dicho de otro modo, los héroes se difuminan en el tiempo y el desánimo se impone a los aplausos. 

-III- 

     Cómodo Centón, siendo niño, salvó a un compañero de clase de una agresión; y nadie le aplaudió. Comprendió en aquel momento Cómodo que EL APLAUSO era ese acto de estupidez profunda que los ignorantes realizaban, en su memez, para contentar a unos cuantos "listos", como al terminar una función de teatro,  lo cual derivó El Centón que Cómodo era un "tonto".

     A la vista de lo anterior, se dijo Cómodo que jamás aplaudiría sí antes él no era aplaudido. 

     Y es por lo anterior que Cómodo, si bien sale al balcón a las 20,00 horas no aplaude, como no aplaude al terminar una función de teatro o cualquier otro acto público, sea cual fuere.

    Esto es, el APLAUSO fue inventado para que los imbéciles aplaudan a los idiotas, o al revés.

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