domingo, 19 de diciembre de 2021

06712-255.ALICANTE: 38.Historia: 04.Refugios de 1936-1937: Visitas a los refugios y defensas de la ciudad

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06708 (17.12.2021 - 37.Historia
                                  03.Refugios de 1936-1937
                                  Características y listado de refugios)

DOCUMENTO POSTERIOR
06760 (13.02.2022 - 39.Historia
                                  05.Refugios de 1936-1939
                                  Casa de Máquinas, 
                                      y Refugios de Séneca y de Balmis)

I: VISITA A LOS REFUGIOS

      De los más de noventa refugios construidos en Alicante entre 1937 y 1938, se ha intervenido en seis; Plaza de Balmis (antes Torrens), Plaza de Séneca, Escalinatas de Marvá (en general Marvá), Plaza de Óscar Tordera (antes Hermanos Pascual), Plaza de Castellón (conocida como Palmeretes) y Las Cigarreras (antes Fábrica de Tabacos)

      Cómodo Centón ha visitado los cuatro últimos citados. 

    Las ESCALINATAS DE MARVÁ, con capacidad para 300 persona, es rectilíneo con cúbiculos laterales, dispone de un nivel freático elevado, y se puede observar una especie de viga que aflora de uno de los cúbiculos, cuya función es desconocida, pero que podría corresponder a la disposición de una vela ya que en el techo de puede ver como un aliviadero para un posible aporte de óxigeno

     El de PLAZA ÓSCAR TORDERA, con capacidad para 300 personas sigue las mismas características del anterior, con la variable que su galería se extiende en dirección contraria a la entrada

       El de PLAZA CASTELLÓN dispone de dos entradas, es una galería sin cúbiculos, que presenta, en su abertura cierta humedad, tal vez como consecuencia de la antigua fuente en había en la actual escalera de bajada, de forma que se pisa una retícula de metal dispuesta sobre el suelo, estando destinado para 400 personas, 

       El de LAS CIGARRERAS no es, en sentido estricto, un refugio ya que respondía al secadero de la fábrica, dispone de bancos corridos de piedra y dos galerías paralelas, cada una con su entrada y comunicadas entre sí por sus fondos.

      En años anteriores, visitó Cómodo Centón el REFUGIO PRIVADO DEL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DEL REMEDIO, situado en el Paseo de Campoamor; es una galería de unos doce metros con dos entradas y abierto a pequeña profundidad, que abrieron las monjas de dicho colegio.

II: DEFENSA ACTIVA DE LA CIUDAD: ARTILLERIA ANTIAÉREA

      De igual manera que los refugios públicos eran responsabilidad de la Junta de Defensa Pasiva, existía una Fuerza de Defensa Activa, la cual estaba compuesta por diferentes unidades antiaéreas

       Los tres cañones de la batería 32 eran de fabricación soviética, del año 1919, skodas de calibre 76,5 mm, las cuales quedaron emplazadas en el Castillo de Santa Bárbara y en el Castillo de San Fernando,  con un alcance de 8.000 metros

      La batería 110 disponía de tres cañones de calibre 76,2 mm del año 1915 instalados en el Cabo de Huertas, muy cerca del faro,
  
      Constaba en los depósitos de Campsa, en La Cantera, una pieza oerlikon de 20 mm, con 2.000 de alcance

      Distribuidas por la ciudad, y en el alto de algunos edificios, existían ametralladoras hotchkiss, con un alcance de 3.800 metros; así, en la zona de La Ereta, a media ladera del castillo de Santa Bárbara, en el número cuatro de la calle Bailén, y en el edificio del Sindico de Agravios en la calle Pascual Blasco, entre otros.

      Junto a la Estación de Murcia fue habilitado un cañón bofors, con un alcance de 7.000 metros, y dos ametralladoras antiaéreas, 

III: AERODROMO DE RABASA 

       La batería 712 cubría el aeródromo, eran cañones bofors de 40 mm, de fabricación inglesa y del año 1937

       La base, además de sus instalaciones habituales, tenía zonas de montaje y reparación de los aviones, y estaba provista, inicialmente, de una escuadrilla de nueve aviones chatos (I-15), permaneciendo tres de ellos en alerta permanente, hasta que la mitad de la misma fue trasladada a Murcia; su techo de vuelo era 9500 metros y disponían de cuatro ametralladoras de 7,62 mm, pero, su cabina era descubierta y sin equipo de óxigeno, lo que dificultaba, por las temperaturas de 30 grados bajo cero, la forma física de los pilotos y, además, congelaba las armas dispuestas en los mismos

IV: FUERZA AÉREA ITALIANA

       La Aviación Legionaria Italiana operaba, desde tres bases en las Islas Baleares, con los savoia-79, que disponían de tres ametralladores de 12,7 mm y una de 7,7 mm, así como de una carga de bombas, operando a una altura de unos 4.500 metros, aunque su techo de vuelo era de 7.500 metros

      Unos ochenta savoia-79 quedaron en manos del gobierno de Franco al concluir la guerra y fueron, durante años el aparato fundamental de la fuerza aérea española.

V: PUNTOS DE OBSERVACIÓN, ILUMINACIÓN Y SONIDO

     Además de la artillería, Alicante contaba con puntos de observación, iluminación y sonido. La red de la Defensa Especial Contra Aeronaves (DECA) cubría el sector desde Águilas hasta el cabo de San Antonio, siendo los puestos más cercanos a la ciudad, los de Cabo Santa Pola, Isla de Tabarca, Alto de La Cantera, Rabasa y Campello

      En general, dicho mecanismo de la DECA funcionó perfectamente, salvando muchas vidas, salvo en el bombardeo del Mercado Central de Alicante el veinticinco de mayo de 1938

VI: CONCLUSIONES

      Si se observa, para los republicanos era más importante la protección del aeródromo que la seguridad de los habitantes de Alicante, de forma que en la base aérea se dispusieron los mejores y más modernos cañones.

      Sí bien el alcance de los cañones llegaba a los 7.000 y 8.000 metros, no eran realmente efectivos s tales alturas, y no supusieron ningún peligro para los aviones italianos que descargaban sus bombas entre los 4.500 y los 5.000 metros de altura. 

      De hecho, no fue derribado ningún avión italiano, ni por la artillería ni por la aviación, ubicada en Alicante, de la Segunda República.

       ALICANTE carecía de valor estratégico en el curso de la guerra, de ahí que los bombardeos solo fueron un medio para probar tácticas de lanzamiento de bombas y de castigo a la población civil; en tales actos intervinieron exclusivamente los aviones italianos, con órdenes expresas de Roma.

        Es de destacar que en tales ataques no sufrieron daños, que sepamos, ninguno de los castillos, ni la plaza de toros, ni el teatro principal, como tampoco el cuartel de infantería ni la estación de tren de Madrid, pocos daños sufrieron las instalaciones campsa en La Cantera, la fábrica de Cros, y la estación de tren de Murcia, así como los reducidos ataques que recibió el aeródromo de Rabasa, excepción hecha del acaecido en junio de 1938, sobre el que se lanzaron unas ochenta bombas, todos los cuales eran instalaciones claramente identificables en las fotografías aéreas que portaban los aviones italianos, pero sí hubo daños importantes entre los edificios y la población civil del centro de la ciudad. 

       Con la llegada de una columna italiana el 31 de marzo de 1939, Alicante se rindió sin resistencia alguna, y se iniciaron los traslados de los republicanos a diferentes centros de internamiento como los dos castillos, las dos prisiones, la plaza de toros y el campo de Los Almendros, en tanto las RATAS del gobierno (Negrín, La Pasionaria y el poeta Alberti, entre otros) HUÍAN. 

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