04051-89.CINE: Perfectos Desconocidos

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04008 (17.11.2017 - La librería)

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04132 (28.01.2018 - Tres vallas publicitarias fuera de Ebbing, Missouri)

    PERFECTOS DESCONOCIDOS es una película española de 2017, de 96 minutos de tiempo, una comedia negra dirigida por Alex de la Iglesia, guión de Jorge Guerricaechevarría y Alex de la Iglesia, fotografía de Ángel Amorós, interpretada por Belén Rueda,  Eduard Fernández,  Ernesto Alterio,  Juana Acosta,  Eduardo Noriega, Dafne Fernández,  Pepón Nieto, que conoce del desarrollo de una cena en la cual los móviles de todos son puestos a disposición de los presentes.

    La película se sitúa entre dos elementos como son la luna y el móvil. La LUNA es el elemento transcendental de la idea, de modo que se encuentra en su perigeo, y como consecuencia del alineamiento entre sol, tierra y luna, la tierra proyecta su sombra sobre la luna mientras solo deja pasar el brillo rojizo de la escala de colores, lo que da lugar a una Luna Sangrante, periodo en el cual todo es posible como creencia ignorante. El MÓVIL por su parte es la segunda idea como elemento de control que el Hombre se ha impuesto a sí mismo como idea resultante de una creencia ignorante. La conclusión, dice Cómodo Centón, es tan evidente como ignorada... no juegues con las cosas de la sangre ni juegues con convertir un teléfono en un móvil, que ambas las carga las creencias.

    Esa realidad de CREENCIA IGNORANTE (ver documento 04049 del 13.12.2017 de este índice), dice Cómodo Centón, es la actual verificación de la falta generalizada de "saber" que existe en el actual mundo.

   Estamos ante un posible punto de inflexión de la DIRECCIÓN de Alex de la Iglesia; la cinta es una preciosidad estética que presenta a un director en busca de algo más que efectos impactantes, un dominador de la dirección de artistas y un planificador de cámara. La DIRECCIÓN ARTÍSTICA es completa en fotografía, iluminación, decorados y utillaje, acompañada de unos buenos maquillaje y peluquería. El MONTAJE es fino, no contiene desajustes ni caídas, está bien cosido, es plenamente ondulatorio dentro de un RITMO ágil, emotivo, con largos y breves, que organiza orden y tiempo, con un bucle final que se hace patente cuando la luna pierde su color sangre, y con una continuidad de raccord en movimiento, decorado y luz. La MÚSICA es contrapunto, de fondo y emocional, aparece para recargar el instante y crear una falsa inquietud.

     El GUIÓN presenta, en su inicio, a los personajes y su llegada a la cena, de seguido la cena misma, la evolución de los DIÁLOGOS, claros y precisos, desarrollados por un un grupo de ACTORES que no tienen desperdicio, que forman una unidad en un conjunto, hasta alcanzar un final tan necesario como evidente.

     Las ESCENAS se agrupan en diversas SECUENCIAS, con relaciones de contenido, personajes y luna, personajes y móviles, y sobre las mismas LA CÁMARA destaca por su malabarismo, con travelin, acercamientos y alejamientos, un movimiento de trescientos sesenta grados, con panorámicas horizontales de descripción y atmósfera, con  PLANOS generales y medios, y de semiconjunto.

    Y si a lo anterior añadimos una película que procura sonrisas y risas, temores en ocasiones, nos encontramos ante una cinta que, sencillamente, hay que ver.