domingo, 31 de octubre de 2021

06644-247.ALICANTE: Orquesta de la Diputación de Alicante

DOCUMENTO ANTERIOR
06613 (05.10.2021 - 34.Historia: 03.De la huida de las ratas
                                  02.La desmemoria histórica
                                      Toñi Serna y José Luis Rodríguez Zapatero)

DOCUMENTO POSTERIOR
06657 (16.11.2021 - Ópera Carmen de Bizet)


      La ORQUESTA SINFONICA DE LA DIPUTACIÓN DE ALICANTE ha ofrecido una sesión de guitarra y bandoneón con orquesta en el auditorio titular de la agrupación, con la dirección de José Vicente, las guitarras de Pablo Sáinz-Villegas y Fernando Espí, y el bandoneón de Claudio Constantini, no figurando en el programa de mano los nombres ni del concertino y de los solistas de cada sección de instrumentos.

      El PROGRAMA refería el Poema Coreográfico para Orquesta de Ravel y el Concierto de Aranjuez de Rodrigo, extendiendo en la segunda parte el Doble Concierto para Guitarra y Bandoneón Homenaje a Lieja de Piazzolla y el Bolero de Ravel. La sucesión de las piezas ha logrado transcender al público desde la frialdad incomprensible de los valses iniciales hasta la medida explosividad del Bolero, haciendo que del respetable emergiese la parte dionisiaca de su condición. LOS VALSES, como es sabido, responden a una sucesión de notas interpuestas desde los graves contrabajos hasta la exposición melódica del tema principal a cargo de los violines, con intervenciones de la casi totalidad de la orquesta en sucesivos intervalos de la pieza, entre dos espacios oscuros como son el inicio y final de la obra, convirtiendo la pieza en un ser casi incomprensible en su audición. El ARANJUEZ de Rodrigo hace que la razón de la primera pieza baje a los sentidos del alma, de forma que las diferentes melodías logran impregnar el aire de tono más amable y relajante, sin que en el conjunto destaque el guitarrista. Con el DOBLE CONCIERTO cambia el registro con una introducción de guitarra sosa que mejora con la milonga al añadir el bandoneón, pero no alcanza Piazzolla la terminación en un buen tango; cabe destacar aquí la pérdida de papeles del bandoneonista y la recogida del suelo que ejecuta el director de la orquesta, cuando lo usual de un buen solista es que ejecute la pieza sin atril, sin olvidar la inseguridad de la guitarra. El BOLERO es, sin duda, la estrella de la noche y su ejecución orquestal es impecable desde la dirección de ritmo por percusión hasta la explosión final de toda la instrumentaría en sus distintas secciones.

      La distribución clásica de la ORQUESTA sobre el escenario es ignorada por el DIRECTOR; de izquierda a derecha del espectador, se sitúan los primeros violines y a su izquierda los violonchelos, tras los cuales quedan ubicados los contrabajos y, sobre éstos, las trompas; de derecha a izquierda quedan, en el exterior las violas y a su derecha los segundos violines, y tras ellas las arpas. En el centro encontramos el viento madera y sobre dichos instrumentos los metales, coronado por la percusión, situándose a la derecha trombones y tuba. En resumen, como hecho general, la parte central superior recibe la fuerza de la percusión, a la izquierda quedan situados los agudos y a la derecha los graves, lo que produce dos anomalías; por una parte, queda anulada la audición de los contrabajos al estar insertada en el fondo de una gran potencia musical, por otra parte, la situación de las trompas a la izquierda deja en una posición solitaria a la tuba, en su gravedad, junto a los trombones en fase tenor.

      La orquesta del ADDA, en la sesión a la que hemos asistido, ha funcionado desde la perfecta corrección hasta la excelencia en la exposición de los temas desarrollados, tanto en sus partes dispares como son los valses como en sus uniformidades como es el bolero, ejecutando buenos acompañamientos a las guitarras y bandoneón.

1 comentario:

  1. Cómo muy bien expresa el autor del artículo,el concierto fue increíble,El Bolero de Ravel a plena potencia es algo que no olvidaré y que me hizo disfrutar muchísimo.

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