domingo, 2 de julio de 2017

03727-15.NOTAS PARA UN IMPOSIBLE MANIFIESTO ANARQUISTA: 03.Desorden y Orden de la Imagen Divina

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03693 (18.06.2017 - 02.Desorden y Orden de la Imagen Divina)

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   Nos encontramos ante un campo de batalla que es imposición aparente y que conlleva la escenificación de una lucha. EXTENDERSE dentro del Pueblo Elegido significa apropiarse de la conciencia nacionalista, de modo que se traza una línea preventiva entre los elegidos y los infieles. En este punto extenderse y perpetuarse son el uno en el otro, su objetivo es la eternidad, a lo ancho y a lo largo, a pesar del mismo Yo del Pueblo y por encima del infiel.  

  La práctica sobre la Espiral implica tanto a la Metafísica en sentido estricto como a su desarrollo llamado MATERIALISMO. Aparece, entonces, el instrumento que se justifica como necesario para cambiar el desorden en orden: el ESTADO,

  Debemos, en este punto, retroceder. Los Cauces reflejan la realidad en la Espiral, basándola en los Núcleos Periféricos. Y en los Cauces se establecen, además de hombres de la Academia y la Palestra, y Hombres Esclavos, Sociedades que adquieren el concepto de Soberanía y desarrollan un Mensaje Divino; a esta situación de hecho la llamamos NACIÓN, que es el Hombre sin Soberanía. La base social de toda Nación son los muertos. Cada Nación, por su propia Topía se expresa como Nacionalismo, debe su existencia a la propia de otras naciones, y tiene como objetivo no tanto eliminar como superar la realidad de otros nacionalismos. La cualidad de Nación se expresa, por lo tanto, por ser la sustancia misma del Pueblo, la conciencia de sus hombres, y deviene en ley humana la ley de la Imagen Divina. Así pues, el objetivo de la LEY HUMANA es poner concierto en el desorden, de modo tal que el desconcierto devenga en el orden social impuesto por la ley de la Imagen Divina que, a su vez, es la desaparición del Hombre por el hombre.

    Surge, pues, el problema. ¿Cómo ordenar el desorden cuando la Imagen Divina aparece en varios puntos de la tierra, decantando en cada uno de ellos una concepción distinta de lo divino?. Sin duda nos hallamos ante las civilizaciones.

    Si lo que subyace, dijimos, es la Muerte como carácter nacionalista, de modo que un muerto nos proporciona nacionalismo, lo que en realidad deducimos es que toda Nación, para serlo, requiere de muertos que confirmen su existencia actual. Si lo que el muerto hace es dejar de vivir para evidenciar que la vida existe, lo que acontece es un Acto de Fe que procura en el Hombre la continuidad de la vida. Esta VÍA NACIONALISTA es el portaestandarte de esa reunión de la extensión y perpetuación de la Imagen Divina, y se opone frontalmente al concepto de Anarquía. El Pueblo reacciona como una unidad de contenidos históricos, una masa de pensamiento único capaz de No Pensar y de sufrir cuantas penalidades la Imagen Divina ha destinado en su desarrollo. En este sentido el Hombre acota su autoconciencia, elimina de si mismo el Núcleo Central, abrazando los Periféricos, y emite un sonido trascendental, esto es, comprende que el orden natural es puro desorden social, y emprende la tarea de ordenarse así mismo. Vivir en el Desorden es la vida del Hombre, y solo es posible si lo cambia por Orden. La historia de la humanidad es esta metamorfosis; es decir, evitar el Desorden creyendo que vivimos en el Orden.  

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