04441-44.NOTAS PARA UN IMPOSIBLE MANIFIESTO ANARQUISTA: 02.Tercera Pre.Era: Del Origen al destino del Estado: Cualidad de destino del Estado

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04423 (01.07.2018 - 01.Tercera Pre.Era: Del Origen al destino del Estado

                                        El Estado no está formado)

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04456 (17.07.2018 - 03.Tercera Pre.Era: Del Origen al destino del Estado

                                   01.Del Hato)

      Con esto llegamos a la CUALIDAD DE DESTINO DEL ESTADO. Sabemos que el Estado es el instrumento que, tras el Primer Mandato, permite que el Primer Milagro se lleve a cabo, y que la orden de la Imagen Divina es expandir lo singular en lo plural. Esta topía es la que demuestra que el Iluminado contiene en si mismo la Autoridad y, que por lo mismo, contiene en si mismo la recepción de la Obligación. La imposición, por victoria, de Autoridad y Obligación es el acto histórico que procura el definitivo estado natural del Hombre como es el Desorden.

       Es un instante preciso, casi imperceptible de la Historia. Aquí es donde el Estado intuye que ha de comenzar a gobernar; sin embargo, es mero instrumento. La falta de ser Sujeto hace del Estado un ser imaginario, de modo que lo contemplamos como aquel navío que, simplemente, transporta hombres de un espacio a otro. Es el Iluminado quien de hecho gobierna el Estado. Ahora bien, si el Estado no es Sujeto y al tiempo intuye, cabe considerar que existe una cierta capacidad de Sujeto en el Estado. Y esto es así ya que durante esta Tercera Pre.Era es cuando se forja la evolución del Estado, desde un Instrumento a un Sujeto. Esto es a lo que llamamos INDIVIDUALIDAD del Estado; si bien es el Iluminado quien gobierna el Estado, es esta Individualidad lo que hace posible que el Estado se imponga sobre el Hombre. Tal acontecimiento es considerado como la navegación de una multiplicidad de hombres sobre el navío que yace en el lecho del álveo, cuyo trabajo es transportar a los hombres. Esta característica, la Individualidad del Estado, mueve a los hombres como Conglomerado, logrando acrecentarse con el paso del tiempo, sin que jamás decline.