lunes, 17 de mayo de 2021

06470-22.NECROLOGÍA: 05.El Señor de Las Hoyas: Discurso

DOCUMENTO ANTERIOR
05771 (21.04.2020 - Senos en el espejo)

DOCUMENTO POSTERIOR
06514 (07.07.2021 - 01.La ferminicha)

     Cuando dos hombres discuten no abogan por la verdad, ni por la mentira se esfuerzan, sino por la presencia en este mundo. La razón personal, tener razón es el destino del hombre. De aquí –les decía El Señor de Las Hoyas- que el esfuerzo de una vida sea finalmente supervivir en la siguiente. Esta afirmación, no concluyáis de ella lo que yo no he dicho, lo que estáis pensando, que es costumbre arraigada, si lo pensáis lo veréis, cambia radicalmente la conclusión que de Maquiavelo hicieron “el fin justifica los medios”, pues en El Príncipe lo que realmente se entiende es que puede justificar su fin quien tiene medios para justificarse, los demás son pecheros sometidos al arbitrio de la ley. Porque la ley emitida por unos y practicada por otros, se rompe cuando los unos advierten que la ley los hace practicarla no siendo practicada por aquellos que la emitieron; no es esta una novedad ni es especifica de los tiempos más remotos, es una esencia universal en espacio y tiempo, es una esencia de la democracia; esa ramera vestida de decente ama de casa. La ley es un acuerdo entre el Príncipe y sus súbditos que se cambia a conveniencia del Príncipe.  La democracia no aporta cambio alguno entre el Príncipe y sus súbditos, solo modifica un procedimiento inalterable en su contenido. La democracia es el engaño fatal que convierte al pechero en un pechero libre. Fijaos bien. Las Cortes, antes llamadas Príncipe, fijan el salario de los pecheros y, además, el propio salario de las Cortes; los diputados son los únicos trabajadores que se fijan así mismo su propio salario. Y dicen que el anarquismo es una utopía. Meditad sobre este extremo. Esta cuantitativa transformación os trasmito y me heredáis. No penséis que son otras las desventuras del hombre; no son otras. Una mayor desventura que al hombre aqueja es el amor, no por lo que en si signifique, que nada significa, sino por el sostén que para el hombre supone su presencia, por esa innata capacidad para convencer y autoconvencer que contiene, sea como una débil convulsión, una rosa marchita que conserva su perfume, un concierto del alma o un tejido de la naturaleza bordado con imaginación. Está escrito en el libro de Los Cuatro Gatos Arriba Y Los Demás Abajo, donde se dice “al entrar con mi cuerpo en el tuyo descompuesto, una ola de inmenso pavor me invade y otra ola, heredera de la primera, de temor me inspira terroríficos pensamientos, un miedo sin sentido me retiene junto a tu cuerpo descompuesto”. Esta herencia humana, el amor, desconocida sensación en la naturaleza, es algo que debéis de cultivar, ahondar y perseverar con un núcleo  impenetrable donde esté escrito el amor soy yo y yo soy quién ha de entregarlo a cambio de amor. Más... quieto, estad quietos, que las palabras son contradicciones, una tras otras. No fiar en la lengua, la tiene la serpiente. Guardaos de los gorriones, también comen; algo matan. Hay contradicción cuando existe preocupación por la   contradicción; solo en este caso. El resto es solo un olvido. Somos esclavos de nuestros olvidos, de ahí que una mente que no olvida es un deshecho humano que debe ser aniquilado, pues su presencia inquieta, molesta y dificulta el tranquilo olvidar de nuestras esclavas mentes. Aceptad, pues, la contradicción, aceptarla no como un modo de vida, que maldito lo es, sino como se acepta el nacimiento o se acepta la muerte. La contradicción en general consiste en desdecirse en dos momentos distintos. La contradicción estricta consiste en desdecirse, en un mismo momento distinto. El manejo de estas consideraciones hace que el hombre se acerque o distancie del conocimiento. El resto de las operaciones mentales del hombre son pura fantasía, engaño desigual, esclavas mentes. No detengáis, pues, vuestras conciencias en vuestras contradicciones. Lejos de esto, haced que las contradicciones os sigan a la desesperada, tropiecen y se lamenten, caigan y reboten y puestas en pie os sigan sin aliento y sofocadas. Haced de ellas, en suma, un asunto marginal de vuestra existencia. Estamos hechos de materia sin fin, inevitablemente ligados a los conceptos que nos embargan en la existencia y ayudan en el subsistir. Delante de mí, sobre mi chepa cargada, indiferente a mi existencia, sin esfuerzo alguno, mi sombra se mueve, oscilante y nerviosa, ocultándose del sol, que es el astro estrella, fuente de su existencia y de su perdición, pues si cierto es que el sol vida le da, no menos cierto es que si le alcanza mi sombra desaparecerá. De aquí que ella, zizgagueante se mueva, se oculte, tema que el sol, su fuente de creación, sea, a un tiempo, su fuente de destrucción... –les decía El Hombre Que Está Comiendo Solo. Porque sabemos quién empieza hablando, intuimos quién lo continúa haciendo y desconocemos quién termina hablando-

No hay comentarios:

Publicar un comentario