miércoles, 18 de julio de 2012

01079-29.FIESTAS: El 18 de Julio

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     Durante algo más de treinta y cinco años el DIECIOCHO DE JULIO fue fiesta en España. Se celebraba el fin de la anarquía y de las huelgas revolucionarias, causas primeras de la destrucción de España, la suspensión de la Constitución, la salvación de la libertad y la igualdad, la destrucción del regionalismo, que era causa de la destrucción de la unidad nacional, la aniquilación de los enemigos del orden público. El ejército se sublevaba para llevar la justicia social y la paz a todos los españoles,  no se anularían las ventajas sociales, no prevalecería el espíritu vengativo. Se garantizaba la trilogía republicana de la fraternidad, de la libertad y de la igualdad. 

    Pero lo que se celebraba el 18 de Julio tuvo un antecedente el DIECISIETE DE JULIO, cuando en la tarde-noche de este día la guarnición de Melilla de apoderó de los edificios públicos y proclamo el Estado de Guerra, pasando por las armas a lideres sindicales y resistentes. Respondió el general Patxot en Málaga, aquella misma noche, sacando tropas a las calles. El General Queipo se presentó en la "roja" Sevilla en visita de inspección y detuvo al general-jefe de la división, apoderándose de la ciudad en nombre de la Segunda República..., mientras el Presidente Azaña y el Jefe de Gobierno Casares dormían el "sueño de los idiotas".

    Siguieron las detenciones de los generales Gómez Morato y Romerales, del alto comisario Plácido Alvarez; después ejecutados. Los obreros de Tetuán sufrieron del escarmiento que sobre los mismos aplicaron las tropas de La Legión. Navarra, Aragón, Castilla La Vieja y Andalucía se unieron a la sublevación.

    Se iniciaba una GUERRA DE CONQUISTA para la que la DEMOCRACIA de la Segunda República no estaba preparada. Y era esa "guerra de conquista" lo que durante unos treinta y cinco años años se celebraba todos los 18 de julio en España.

     La FAMILIA CENTÓN se levantaba temprano por la mañana, y provistos de bañadores y toallas, de capachos y bolsas, de una multitud de utensilios, tomaban el "trenet" de La Marina hacía la Playa de San Juan, que ya disponía de un conjunto urbano de edificios, algunos de los cuales alcanzaban las seis y siete alturas, pero que se presentaba bravía, ancha, campestre, y a la que se accedía sin la más mínima dificultad. El 18 de Julio era por entonces un día festivo y familiar que enlazaba con el 25 de Julio o Día de San Jaime que, de nuevo, la Familia Centón repetía la romería a la playa, pues tales días eran no laborables en el mundo del trabajo. Y aunque lo que se pretendía celebrar eran sendas victorias contra "rojos" el primer día, y contra "sarracenos" el segundo día, se quedaba, allá por los años sesenta, en un día playero que el Gobierno de la Democracia Orgánica concedía a las clases trabajadoras. Así, y según se llegaba, los "irresponsables", entiéndase niños y jóvenes, iban directos al  "agua patos" mientras los "responsables", papas y mamas, tomaban dominio de una parcela de arena, extendiendo sobre la misma todo el avío arduamente transportado en el "trenet". Entre las muchas recomendaciones que se hacían estaba aquella de... "no te metas muy adentro", y la que peor sentaba tras comer... "no te metes en el agua hasta que no hagas la digestión", la cual podía extenderse, entre las más permisivos, a las dos horas; era lo peor de la fiesta.

      La ESPAÑA de entonces ya se estructuraba entre dos clases sociales esenciales; la que había conocido la guerra y la que apenas había oído hablar de la guerra. ESPAÑA caminaba, sin saberlo, hacía "Otra España", una España que ya para entonces buscaba ignorar el recuerdo de aquellos "muertos del 17 de julio".

       HOY apenas quedan "recuerdos"..., una Ley de la Memoria Histórica que abre tumbas para que se cumplan LUTOS HEREDADOS, y quedan los ÚLTIMOS COMBATIENTES, hombres y mujeres con más de "noventa años" a los que solo les queda "la muerte"; la MUERTE, esa realidad que acaba con todas las fiestas cuando muere.  

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