miércoles, 25 de julio de 2012

01084-21.EL VIAJERO MADURO: 01.Guadalest (Alicante)

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     Son sesenta, más o menos, los kilómetros que unen a Guadalest con Alicante, e iniciamos la ruta a las 9,00 horas que obliga al Viajero Maduro a levantarse a las 8,00 horas. Una vez en Benidorm tomamos la carretera hacía La Nucía, y será en Polop donde, deberemos de tener cuidado, hay un cruce  con una carretera que nos conduce por la derecha y por Callosa a Guadalest, y una segunda que por Chirles nos lleva a Guadalest; tomaremos camino de Chirles pero ignorando el desvío a dicho lugar, de modo que proseguimos hacía Guadalest por una moderna carretera que tiene el arcén en rojo y que transita por una zona boscosa al pie de las estribaciones orientales de la Sierra de Aitana, quedando a la derecha el Valle de Guadalest. La carretera, de diez kilómetros, asciende de 240 a 540 metros de altitud abriendo a nuestra vista todo el levante del valle que se cierra, cinco kilometros más allá, por la Sierra de Aixorta, corriendo por lo profundo el río Guadalest.

    Llega el Viajero Maduro a BENIMANTELL, pueblo que puede recorrerse por calle estrecha hacía abajo, que dispone de diferente y variada oferta de bares y restaurantes, y de aquí a BENIARDÁ, por cuyas cortas y estrechas calles se llega al PANTANO DE GUADALEST; dicho pantano se encuentra en el centro del valle, midiendo 2Km de la cabecera a la presa por uno de ancho. Una camino rural de 7Km., de firme ligero y apenas ancho para algo más que un coche, con abundantes curvas y vegetación invadiendo el vial, nos permite contemplar el "Castillo de Guadalest" por su vertiente norte y a doscientos metros de altura, a la derecha vemos la Sierra de Aitana con su cima de 1558 metros, así como a BENIFATO, mientras llegamos bordeando el pantano a la presa; allí veremos un embarcadero y un barco que realiza paseos, de tres cuartos de hora, por el pantano, con un precio asequible pero con unos horarios reducidos. Se echa de menos en el lugar de un bar, de ahí que sea necesario que El  Viajero Maduro se encamine hacía Guadalest.

      GUADALEST es la capital del valle. Se ubica en lo alto de una zona rocosa, donde se constituye como fuerte, población y cementerio. Hoy es un centro turístico de obligado visitado para los que pasan sus vacaciones en Benidorm. La ciudad extramuros es un continuo de tiendas y más tiendas, de museos y más museos, y de algunos bares-tiendas. Un camino conduce a la ciudad en la peña, la calle se abre en una plaza, y a la derecha un pretil separa al Viajero Maduro del vacío de doscientos metros que conduce al embalse siguiendo el movimiento de "graves". Al final y a la izquierda se encuentra el acceso al Cementerio, que vale la pena visitar. La situación del recinto es un privilegio ya que desde aquí se domina la totalidad del valle.

      Es hora de tomar el coche y por la carretera que nos conduce a Callosa de Ensarría llegamos a CHIRLES. Aquí el Viajero Maduro se detiene para comer en el MOLÍ o MOLINO, que es una zona boscosa, amplia, con un riachuelo que la atraviesa, y un restaurante que hace las delicias en cuanto a "paellas" y "carnes". Es mejor dejarse aconsejar por el "servicio"..., unos aperitivos, arroz y carne contemplan la sanación del estomago.

     La TARDE, es verano, conviene regresar a la costa. Las playas por las tardes en Alicante disponen del sol a su espalda: los rayos entran cansados y la luminosidad de los mismos muere en el color azulado de las aguas del Mediterráneo. En esta ocasión el Viajero Maduro elige TORRES (ver documento 00637 de este índice) El Chiringuito y su arboleda cubren parte de las piedras que conforman el suelo de la playa, el aire corre ligeramente fresco, huele a silencio y a algas...; son necesarias las algas, unas algas depositadas en la orilla, otras atascadas entre las olas muertas, y esas algas que ya atisban, unos metros adentro, el final del mar y el comienzo de su muerte. Las algas de la mar no gustan a los humanos en las playas, ni aún en esas playas que estando limpias son llamadas sucias por tener en su tierra y en agua algas muertas y a la deriva. El Viajero Maduro pisa las algas, sus pies se lo agradecen, es como una pasta que roza y se pierde, y las toma en el agua, y quiere con las mismas hacer un ramillete, y no lo consigue, que, no obstante, ofrece a su amor, y que su amor, equivocadamente, rechaza. Pasan los minutos en el agua, y pasan luego entre las piedras mientras se seca la piel al fresco aire de la tarde en Torres.

     Queda tiempo, apenas caen las luces del día en la gruta de la noche, para detenerse en CAMPELLO; aquí encontramos a VALOR, Casa de Chocolates, la más antigua de España, tal vez la segunda más antigua de Europa...; nos pide el estomago un chocolate, caliente lo tomaría el Viajero Maduro si fuese invierno, más es verano, de ahí que venga mejor al cuerpo un CHOCOLATE FRÍO CON CHURROS. La mente del Viajero Maduro lo agradece, su quietud se aviva... y se duerme.

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