jueves, 19 de julio de 2012

01080-20.EL VIAJERO MADURO: Budapest

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     Cuando el grupo racial de los eslavos magiares, procedentes de Los Urales, llega al centro de Europa, ocupa parte de la cuenca deshabitada del río Danubio. Allí las "diez flechas" darían lugar a HUNGRÍA, una tierra que, en sentido estricto, no significa nada en la Historia del Mundo pero que el pensamiento mítico-magiar a engrandecido a base de sucesos y conquistas menores. Hungría se conoce, esencialmente, por su vinculación al IMPERIO AUSTRO-HÚNGARO, y en la actualidad por la presencia cinematográfica de la emperatriz Sissi en aquellas tierras, así como la cierta-incierta relación que mantuvo con Gyula Andrássy, conde y ministro a las órdenes del marido de la citada. Por otra parte quiere destacar el Viajero Maduro como en su visita a Budapest ha podido ver en una tienda deportiva la presencia en unas camisetas del Real Madrid, equipo de balompié, la imagen de Puskás.

     BUDAPEST es dos..., Buda al occidente, Pest al oriente, y entre ambas, sobre las aguas del Danubio se asienta Budapest. Sin embargo se asienta sobre tres ciudades (Buda, Obúda y Pest) y data su existencia como Budapest desde 1873, siendo el PUENTE DE LAS CADENAS el elemento esencial que une los desarrollos urbanos. El PRIMER DÍA puede el Viajero Maduro tomar el FUNICULAR que sube hasta lo alto del CASTILLO DE BUDA; a la izquierda queda la zona noble del recinto, el falso Palacio Real, reconstruido en el siglo XX y que por tanto no guarda relación alguna con el anterior edificio que ocuparon los reyes de Hungría. En realidad se trata de dos edificios eclécticos separados por una neo-barroca bóveda central, donde se ubica la Biblioteca Nacional y la Galería Nacional. Se exponen obras desde el siglo X, pero la importancia de las mismas es escasa. El resto del recinto del "castillo" conforma las tres cuartas partes del mismo; es como una ciudad con más de veinte calles y diversos edificios civiles, sin que entre los mismos destaque ninguno en particular. Por el vial principal se accede al BASTIÓN DE LOS PESCADORES de 1902, y aunque responde a un aspecto medieval tiene una estructura neo-románica, queriendo reflejar en sus puntiagudos torreones el recuerdo de las siete tribus magiares que son el origen de Hungría. En la misma pretenciosa e historicista línea tenemos una imagen  ecuestre de San Esteban. El conjunto se completa con el TEMPLO DE MATIAS o IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA, de nuevo un neo-gótico levantado a finales del siglo XIX, asentado sobre la antigua fábrica del templo que allí hubo en el siglo XIII, destacando el afilado chapitel y el llamativo colorido de sus tejas; el interior, en la actualidad, está de reforma. En general el Castillo de Buda resulta altamente decepcionante. Por otra parte dispone de un Museo Militar, de la iglesia de María Magdalena, de una Farmacia-Museo y de otro museo con figuras de cera, completándose con un mercadillo de horteras.

      El SEGUNDO DÍA se presenta más interesante, y en el mismo encontramos lo más interesante de Budapest. El PARLAMENTO es un enorme edificio levantado en el siglo XIX. Resulta harto pretencioso y contiene toda la soberbia de un pueblo centrado en su más rancio nacionalismo. Sigue el orden neo-gótico, renacentista y bizantino, con predominio de rojo y dorado, perfectamente estructurado y simétrico, dispone en su centro de una cúpula neo-renacentista en cuya base se expone la Sagrada Corona de Hungría, custodiada por dos hombres con sable, y donde es posible contemplar el cambio de guardia en las horas en punto. A derecha e izquierda las dos cámaras, respondiendo el resto del edificio a varios cientos de salas y oficinas parlamentarias. Su grandiosidad es palpable y su observancia ha de ser cuidadosa; es curioso la guardia de soldados pétreos y de color verde que se distribuye en la parte alta  y exterior de la fábrica. De seguido y callejeando podemos alcanzar la BASILICA DE SAN ESTEBAN, una preciosidad en si misma, de estilo neo-renacentista, planta de cruz griega, perfectamente diseñada y decorada en su interior, donde todo destaca por su monumentalidad; su visionado requiere de al menos dos horas, por lo detallado de los distintos elementos que la componen. Desde aquí, y siguiendo por Andrássy podemos llegar a la OPERA.

      El TERCER DÍA lo podemos dedicar a visitar el VÁROSLIGET, un parque que cierra la calle Andrássy y que tiene su entrada por el mediocre Monumento a los Héroes; ya en la zona verde podemos visitar el falso Castillo de Vara, que en realidad es un museo sin interés alguno, también podemos otear a través de unos ventanales las piscinas de los Baños Termales o bien consumir dichos baños, pero lo que no podemos obviar es el MUSEO DE LAS BELLAS ARTES, dedicado al arte español e italiano, y con especiales representaciones de El Greco, Velázquez, Goya, etc. Podemos completar la jornada visitando el GELLERT-HEGY, un promontorio desde el que se divisa la ciudad de Budapest, y consumir con avidez en la zona de la CALLE VACI.

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