02904-407.ESPAÑA: 17.Sindicatos: 01.Decadencia

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     En España la deformación de la realidad en pasado es una triste y real evidencia; la mayor parte de los españoles carecen de pensamiento, por eso piensan, y cuando piensan lo hacen en virtud de una ideología, por eso se equivocan constantemente. 

    El IDEÓLOGO es aquel que toma el pasado como una realidad del presente, de forma que el error del ideologo es su propio pensar en busca de un pensamiento pasado y que ya no es válido en el presente. 

    En ESPAÑA existe, pues, el obrero-español-derechas y existe el obrero-español-izquierdas, así como existe el obrero-español-republicano que puede responder a una identidad de derechas o de izquierdas. Ahora bien, ¿puede un obrero-español-derechas ser un sindicalista de CCOO o de UGT?

   Evidentemente la respuesta es "no"; un obrero-español-derechas no puede pertenecer ni a CCOO ni a UGT... ¿por qué?

    Cuando CCOO y UGT organizan una manifestación para la defensa del mundo obrero, suele ser habitual que las banderas de los dos citados sindicatos sean de color rojo, y que, además, se acompañen de banderas rojas-amarillas-moradas... lo que elimina de la base social de CCOO y de UGT una parte significativa del mundo obrero o obrero-español-derechas. 

    Por otra parte una zona significativa del mundo obrero es, ahora, clase media que tiene razones para conservar y defender lo que ha de ser conservado, de forma que cuando, además del asunto citado en el párrafo anterior de las banderas, toma conciencia que ha de pagar más impuestos para mantener, por ejemplo, refugiados, su alejamiento de las banderas rojas y de las banderas de la segunda república se hace evidente... por cierto, la bandera de la primera república española era la bandera de la libertad, es decir, roja-amarilla-roja.

    Si además, las dos sindicales principales, CCOO y UGT, se empeñan en defender a las sublenguas españolas como el gallego, el catalán, el valenciano y el mallorquín, pero que peor para el citado obrero-español-derechas. Y si añadimos la corrupción de las "tarjetas black" o los "eres" de Andalucía, y alguna que otra cosa más, pues la cosa se precipita a peor.

    Ciertamente, los SINDICATOS han perdido afiliación, financiación, prestigio y representación en las empresas, todo ganado a pulso sindical, y todo ello se encuentra no en la crisis económica de 2008, sino en su expresión de origen sindical, es decir, en su opción política que siempre es de izquierdas y republicana. Y es en eso donde se encuentra la MALDAD SINDICAL.