sábado, 17 de diciembre de 2016

03324-62.EL VIAJERO MADURO: 33.Alicante: Antonyo Marest y su pintura

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03268 (21.11.2016 - 02.Museo del Prado: Clara Peeters)

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03384 (25.01.2017 - 01.Munich (Alemania): Generalidades)


     Cómodo Centón asistió el 15.12.2016, por casualidad, a la inauguración de la exposición de pintura y esculturas de ANTONYO MAREST (Alicante, 1987), en la Lonja de Pescado de Alicante, sobre ESENCIA DEL MEDITERRÁNEO. 

    El programa de mano, firmado por GEMMA GUTIÉRREZ, quiere mostrar el concepto global de los trabajos presentados, de modo que es el mar quien invita al espectador a ir a su encuentro. En esa reunión se trata de enfrentar los secretos contenidos en el agua con la interacción del visitante, donde la mente es un mar sin orillas, y por otra parte se busca como un reencuentro a través de la calidez de las arenas y su contacto con el agua, entre azules y turquesas.

    La técnica usada, en general, es la pintura acrílica, de uso sencillo y mezclado con agua. Lo primero que se advierte en el trabajo de MAREST es agresividad y violencia, los picos y las lineas rectas imprimen cierto aire medido de forma obsesiva, dentro de una expresión tortuosa sobre plano, no existen angulaciones, de modo que la mayor parte de los trabajos requieren de una observación frontal, y sin contrate de fondos, destacando los superpuestos y solapado del dibujo con carácter reiterativo. 

    Ayuda la coloración fuerte de la paleta, azules y verdes, entre causales repetitivos de un mismo tema con variaciones que parecen querer unir diferentes cuadros de la exposición espacialmente dispersos. La coloración es fría, se expande en negros y blancos, y de manera principal marrones, resolviendo en una estructura muy geométrica que suprime las curvas pero que es plenamente euclidiana; hay excepciones, destaca el trabajo de gran tamaño de la explosión del universo que, en opinión de Cómodo Centón, parece expresar el ylem como sustancia de la surge todo ente de materia, fondo central azul suavizado, en forma de nube, y extendido en finas y largas líneas, semejando un alejamiento de partículas que progresivamente se expanden y se enfrían, pero con ausencia de ondas. 

   Lo segundo que advierte Cómodo Centón es una mezcla de tamaños y forma en los formatos, rectangulares de gran tamaño, cuadrados y redondos, y dentro de algunos de ellos de texturas. Se pueden observar conjuntos materiales componiendo una sola idea en un mismo espacio-vacío, totalmente simétricos, así como ideas dispersas en diferentes tablas. 

   La idea esencial es el mar pero sin contenido existencialista que aprecie Cómodo Centón, conforme a lo cual la relación autor-obra se sostiene en una percepción objetiva que obvia la presencia humana, lo que rompe, aparentemente, con esa llamada del mar... "demuéstrame si tienes mi poder, yo ya hace tiempo ya te invite a que sintieras el mío" que explicita el programa de mano. La impresión de Cómodo Centón es que ha de ser el espectador quién debe de realizar el esfuerzo activo mientras que el autor ejerce de campo pasivo que evita el naufragio del espectador. 

    Vale la pena visitar la exposición de MAREST.

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