DOCUMENTO ANTERIOR
06214 (22.12.2020 - Dadá)
DOCUMENTO POSTERIOR
El cuadro de VICTORIA BOYERO, fechado en el año 2021, sin título, y que tenemos ante nuestros ojos, mide 21,5 cm. de ancho por 31,5 cm. de alto. Reproduce el curso de un río entre montañas con una exposición de 18,0 cm. en la parte inferior y 1,0 cm. en su parte central, donde se pierde en lo parece ser una posible garganta. En la mitad superior izquierda vemos una montaña que presenta una pendiente hacía el punto central desplazado del cuadro, apareciendo en la parte derecha otra montaña, que parece algo alejada y estructurada como una meseta. La parte inferior derecha la compone la orilla del río y sobre la misma una fila de árboles sin hojas. Se completa la obra, en su parte superior, con el cielo, cuyos colores, quedan reflejados, en la parte inferior, sobre el agua.
El ESPACIO que describe es naturaleza, agua y cielo junto a una tierra compuesta de una vegetación, a los lados, entre un verde/bosque y un verde/amarillo, acompañado de azules turquesas, violetas brumosos y marrones chocolate, junto a un amarillo difuminado y un rosa, con unos árboles en un gris antracita, no constando ninguna aportación campestre en cuanto a personas y animales. La COMPOSICIÓN es ordenada plásticamente y la PROPORCIÓN de los elementos descritos es equilibrada, ambos en un entorno realista con cierta idealización y una profundidad de la perspectiva.
La LUZ parte del punto central/desplazado de la obra. No es perceptible si estamos ante un amanecer o un atardecer, mientras nos crea cierta confusión la disposición del amarillo y del rosa, ya que los mismos están como invertidos, debajo el primero y encima el segundo. Ahora bien, si aplicamos una luz blanca sobre el cuadro se nos presenta un paisaje vivaz y alegre, pero si dejamos en penumbra la obra, aparecen ciertos claroscuros que producen sosiego. Por otro lado, la luminosidad de la parte superior de la pintura se expande en rayos sobre el agua, mostrando reflejados los elementos de la izquierda y parte superior del cuadro. La sensación que produce la TEXTURA es puramente estática ya que no se aprecia ni viento sobre la vegetación ni movimiento del caudal del agua, aunque si niveles compositivos en el cielo desde el amarillo al azul. Desde un punto de vista CROMATICO, destacan los tonos fríos tales como azules y lilas, secundados por los verdes, mediante pinceladas de cierto grosor que mezclan diferentes tonalidades.
No estamos ante una pintura profesional, de forma que la autora expresa un ideal de belleza personal mediante pensamientos y sentimientos entrelazados y solo con el objeto de decantar una idea, la cual, si bien no muestra tensión, sí que desarrolla una sensación o vibración sobre el lienzo mediante apuntes significativos en colores cálidos como son el rosa y el amarillo. Dicha idea se presenta como tranquila y esperanzada, envuelta en una expresión desde lo ancho hasta lo estrecho, ampliamente condicionada por el río que termina perdiéndose en lo más profundo de la obra.
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