07719-274.GENERALIDADES: Madres tardías que se justifican

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      Dejando de lado la imposibilidad, por el motivo que sea, de ser madre, RETRASAR el natural "ser" de ser madre es un argumentario egoísta entendido como un egoísmo enfermo que se justifica con argumentarios torticeros que no se ajustan a la razón, sino a la razón del puro "ser" egoísmo donde prevalece la madre sobre el hijo, de modo que el hijo es el resultado del egoísmo de la madre, egoísmo que contempla al hijo como un juguete del que disfrutar en una edad tardía.

      "Yo nunca había soñado con ser madre, siempre había sido de esas personas que quería viajar y tener una carrera y bueno, por suerte, hice muchas de esas cosas, pero siempre dilataba mi decisión de ser madre" o bien "a los cuarenta es cuando se encuentran preparadas para ser madres", son argumentarios de EGOÍSMO ENFERMO.

       Tener un hijo a los cuarenta años significa tener un hijo de diez años a los cincuenta años, y tener un hijo de veinte años a los sesenta años. La ventaja es que se puede tener un hijo que a sus cuarenta años esté soltero y cuide de su madre o bien la desventaja de que abandone a su madre, de ochenta años, en una residencia, porque ese hijo tiene que trabajar, tiene que viajar y tiene que cuidar a sus hijos de diez o quince años. Y es en este punto que, en su egoísmo enfermo, afloren las QUEJAS de sentirse abandonada, aunque no necesariamente, aunque es lo que acontece.