martes, 26 de septiembre de 2023

07723-121.LIBROS: 04.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche: 03.Introducción: Lectura

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07720 (25.09.2023 - 03.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                      de Nietzsche
                                  02.Introducción: Estructura y Estilo)

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07727 (26.09.2023 - 05.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                       de Nietzsche
                                  01.Conceptos)


       La LECTURA adquiere, en ocasiones, cierta corrosión en cuanto el lector se introduce en ella pues se presenta quebradiza y poco lineal en virtud de la sucesión de ideas que se exponen, aunque es de fácil comprensión una vez el lector se adapta, si bien, en ocasiones las indefiniciones ausentes provocan cierta detención del proceso lector; las palabras son comprensibles, no hay dobles sentidos de difícil superación, aunque evita definir determinados conceptos, básicamente, con los diferentes tipos de hombres que aparecen, lo que conduce a una cierta confusión en el tropel expositivo. En esto encontramos las diferentes referencias al hombre superior o al noble que, no teniendo nada que ver con el superhombre sí que se solapan en cierto desconcierto y perplejidad. Para evitar tal turbación se hace necesario aprehender que el uso de los términos viene determinado por la acción especifica de un puntual momento en cuanto que dentro o fuera de la plaza pública. Lo cierto es que la lectura capta tanto interés como desinterés, según el momento, pudiendo provocar cierta desidia en la lectura como disposición para continuarla.

      Hay que señalar la manifiesta incapacidad de Nietzsche para conceptualizar las diferentes figuras que aparecen en “Así habló Zaratustra”; entre otros tenemos el volatinero, el bufón, el camello, el león, el niño, los adormilados, enfermos y decrépitos, los superfluos, los histriones, las moscas venenosas, los solitarios, el águila, la serpiente. 

     Ciertamente, de dichas palabras se puede entender la definición, pero el texto mezcla diferentes posiciones de Zaratustra en cuanto al uso que hace de dichas palabras, aumentando la dificultad cuando del texto es casi imposible separar las partes negativas de las partes positivas de los múltiples hombres y figuras que son citadas. 

      Por otra parte, cabe entender que dicha dificultad no está en el lector, sino en Nietzsche, el cual se deja llevar por su propia escritura, estableciendo sus razonamientos en función del interés de la historia que “no” está contando, afianzando que solo Zaratustra tiene sentido y razón.

      Tal vez Nietzsche ignora dichas definiciones para poder elevar, de tal modo, su escritura a un modo seudo/filosófico y envuelto en unos axiomas que sean imposibles de refutar, estando, en esto, en línea con los diferentes textos sagrados de las diferentes religiones.

     Zaratustra cumple, conforme lo anterior, con los rasgos característicos de cualquier profeta de cualquier religión; es el hijo del Sol, recibe de su padre los rayos de la sabiduría y tiene por misión extender su saber por el mundo.

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