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05.Conclusiones: 01.Conceptos)
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07.Conclusiones: El texto y su mundo
Zaratustra es un extraño a donde va, y en ese ir encuentra que los hombres no son iguales; tampoco hace falta que lleguen a serlo, aunque todos ellos son iguales en su visión ya que aspiran a la elevación y, por lo mismo, miran a lo alto, en tanto que Zaratustra mira hacia abajo porque está en lo alto. Zaratustra no aspira a la felicidad, aspira a su obra; por el contrario, el hombre de la plaza pública solo busca algo a lo que llama felicidad y que o bien se encuentra en la posesión material de “las cosas” de este mundo de acá o bien en la posesión de “las no cosas” del mundo de más allá. El primer caso puede ser entendido como avaricia de posesión de las cosas, y el segundo caso como avaricia recubierta de humildad.
Nos dice Cómodo Centón que El MÁS ALLÁ o Tiempo lo entendemos “sin límite”, no se puede “definir”, es “indefinido”, es “in/extenso”, no es materia; no se aprecia por la Persona. En cuanto al MÁS ACÁ o Espacio/Tiempo lo entendemos “con límite”, se puede “definir”, es “indeterminado”, es “extenso”, es materia; se aprecia por la Persona. Sin embargo, es “infinito”.
La diferencia entre Más/Allá y Más/Acá es LO INFINITO, que “no es” en el Tiempo, pero que “es” en el Espacio/Tiempo.
Conforme a lo anterior, la IDEA DE LA PERSONA “lo es” en el Espacio/Tiempo, y es aquí, espacio/tiempo, donde se desarrollan tanto LO/INDEFINIDO como no posible de definir en cuanto concepto, como LO/INDETERMINADO como lo que es posible de definir en cuanto extenso. Dicho de otra manera, LO INFINITO está “más allá” del Punto de Inicio, mientras que LO INDEFINIDO y LO INDETERMINADO están “más acá” del Punto de Inicio.
Queda explicado, como en un batiburrillo, el Hombre como en un extenso de diferentes opciones, cada una de ellas al pairo de las necesidades del texto, de modo que hay un hombre de la plaza pública, así como un abanico de hombres desde el superior, al noble, al bueno y al creador.
Por el contrario, la mujer queda determinada por su incapacidad para ser hombre, y en esto radica todo el mal de la mujer. Nietzsche las califica de vacas y gatas pues solo tienen un destino que es engendrar, y establece que la diferencia entre ambos sexos consiste en que el hombre está destinado al mal en tanto la mujer es malvada en sí misma, además, usa la mujer al hombre como “medio” para alcanzar el fin de disponer del hombre en su calidad de hijo, es decir, el fin de la mujer es poseer a su hijo que es el hombre.
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