05683-98.IMPOSIBLES: Sola y borracha quiero llegar a casa

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-I-

     Cómodo Centón ha dejado el papel sobre la mesa; se ha abrigado y salido a la calle. Hace una noche agradable, suave y tranquila, algunas estrellas se ve brillar en el firmamento, las calles que va recorriendo están vacías, algunas huelen a humedad, otras saben a soledad.

     De frente, algo lejos, una joven camina, haciendo eses. Cómodo duda entre seguir por la misma acera o cruzar la calzada; a nadie, ni de cerca ni de lejos, se ve.

     Oye El Centón un susurro, de alguien que parece estar cantando, sin lograr determinar que se canta a tales horas de la avanzada madrugada.

     En un portal tres jóvenes; no son los que cantan, solo hablan. Y sigue su paseo Cómodo por la calle de la Soledad, caminando hacia la joven que viene haciendo eses, y que sí, es ella la que canta.

    Canta mal o tal vez no canta, sino que entrelaza palabras que no tienen sentido, mientras da tumbos por la acera de la Soledad. ¿Dónde va?; se hace entonces, lo que canta, diáfano, "sola y borracha quiero llegar a casa". No ofrece dudas, es transparente. Sonríe Cómodo.

- ¿Qué? -pregunta la joven con expresivo malestar- ¿Qué miras viejo verde?

    Cómodo deja de sonreír mientras la joven cae al suelo al tiempo que eleva su voz, que dice: "sola y borracha quiero llegar a casa". No obstante, Cómodo se inclina para ayudarla al tiempo que recibe un manotazo en la cara, "sola y borracha quiero llegar a casa". Cómodo se retira cuatro pasos, se levanta la joven y exclama, ¡no me toques, viejo verde!

   Más allá Cómodo ejecuta unos veinte pasos, y vuelve su mirada. "Sola y borracha quiero llegar a casa" sigue diciendo. Los tres jóvenes rodean a la joven; Cómodo sonríe mientras se aleja; está molesto con la joven, en ese momento, simplemente, la odia, y a  lentos pasos, por la calle de La Soledad, se aleja.

-II-

     "Violación en La Soledad", dice el titular del periodico; los jóvenes detenidos niegan la violación.

     Cómodo enciende su pipa; la próxima vez, sola y borracha, no llamarás viejo verde ni golpearás, ni despreciarás, imbuida de tu necio feminismo, a quién tan solo te quiso ayudar.