domingo, 15 de marzo de 2020

05700-175.POLÍTICA: Emmanuel Mounier (1905-1950): Personalismo

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                                  el filósofo vasco en su democracia vasca)

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I: LEVE INTRODUCCIÓN AL PERSONALISMO

      Dice Cómodo Centón que el virus Corona es "un bien" que ha logrado someter al individuo en una comunidad; ciertamente tal sometimiento existía antes del virus Corona, pero era advertido como un individualismo en lucha con otros individuos, de modo que el concepto de LO ANIMAL se imponía al concepto de LO COMUNAL. 

     Antes del virus Corona vivía la PERSONA en confrontación social, prevaleciendo "la vida", lo que determinaba un menoscabo de "la existencia". Tal enfrentamiento entre personas por la posición del espacio, implicaba desprecio generalizado entre individuos, ya que la lucha se conducía a la obtención de un "bien".

    La presencia del virus Corona incentivó la citada guerra entre personas; la adquisición del "bien/alimento" se declaró como elemento esencial de la persona. Más una vez DECRETADA LA PAZ IMPUESTA afloró, con el virus Corona, una integración del individuo en la comunidad a través de una jerarquía de valores generales que han arrinconado los valores personales, aconteciendo todo lo cual mediante una ayuda mutua, pero desde la distancia de los espacios individuales. 

     Otra cuestión será sí careciendo el "bien/alimento", se imponga el individualismo sobre lo social.


II: EMMANUEL MOUNIER: PERSONALISMO

     Se trata de romper con la revitalizada persistente idea de que la PERSONA es solo cuerpo; ciertamente la persona es cuerpo, pero no únicamente cuerpo, la persona es espíritu. Consta la connotación de la unidad cuerpo-espíritu como EXISTENCIA ENCARNADA, de manera que el “espíritu” nutre el pensamiento y el “cuerpo” escenifica la expresión del pensamiento; se dice entonces que “sin ser” no hay pensar, así como no “puede ser” sin la existencia del cuerpo, de manera que la existencia objetiva del cuerpo, combinada con las experiencias subjetivas del espíritu, actualizan a la persona. 

      Ahora bien, la PERSONA HUMANA ha de ser pensamiento y acción como fin en sí misma, y abierta al compromiso social. 

      Por el contrario, el INDIVIDUO actúa como dispersión de la persona en la materia, de ahí que solo por la purificción del “individuo” se puede llegar a la “persona” como ser concreto y comunitario. 

      Dice la Idea de la Persona que una PERSONA es un ser espiritual que se mantiene en función de una jerarquía de valores, y que tales han de ser libremente adoptados y vividos con compromiso. Contiene tal concepto la idea de salir de sí mismo que tiene la “persona”, la de comprender y situarse en posición ajena, así como entender el destino de los demás, dando sin la pretensión de tomar y ser fiel a sí mismo. Tales connotaciones requieren de un refuerzo que se encuentra en Lo Eterno, ya que tanto la persona como la vocación de La misma se entienden como obediencia a Lo/Eterno, lo que no quiere decir conformismo social o político, ya que la actividad de la persona es libertad.

     Frente a lo dicho se levanta la idea de ESTADO como lo hecho para la persona, de modo que el “estado” no consta como una comunidad espiritual ni ejerce de persona colectiva, sino que es como un instrumento al servicio de sociedades y personas, ya que la “persona” tiende tanto al bin como al mal y precisa de una contención en su vivir. El “estado” es el último recurso entre las personas. En medio queda la NACIÓN como comunidad personalizada. 

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