jueves, 21 de diciembre de 2023

07948-148.LIBROS: 31.Contribución a Así habló Zaratustra de Nietzsche: 01.Otros conceptos: 01.Espíritu, Alma y Cuerpo

DOCUMENTO ANTERIOR
07944 (20.12.2023 - 30.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                      de Nietzsche
                                  11.Otros conceptos de Hombre
                                       El Hombre Sublime)

DOCUMENTO ANTERIOR
07955 (24.12.2023 - 32.Contribución a Así habló Zaratustra 
                                       de Nietzsche
                                  02.Otros conceptos
                                  02.Espíritu, Alma y Cuerpo)


VIII: OTROS CONCEPTOS

A: EL ESPÍRITU Y EL ALMA: EL CUERPO

     Nos dice Cómodo Centón que no es posible conjugar la negación de Dios con la afirmación del espíritu; es como afirmar la inexistencia de la materia y afirmar que el hombre es materia. 

       EL ESPÍRITU de Zaratustra es aquello que late en el Superhombre; Zaratustra afirma que el espíritu ha de cambiar en el tránsito de la cuerda sobre el abismo, admitiendo, pues, la existencia del espíritu del Hombre de la Plaza Pública, aunque reniega de su “ser”, pues ese “ser” es la base del dominio del Hombre Superior. Dicho de otro modo, ese espíritu lo es sí lo es del Superhombre.

      Toda propiedad está muy oculta para su poseedor, en esto reside la dificultad de pasar de hombre a superhombre. Apenas entramos en la cuna, ya nos hablan de pesadas palabras como el bien y el mal, derivando de esto el aprendizaje de cómo es el hombre lo más pesado de llevar por el Hombre. Nietzsche lo compara con el interior de una ostra, desagradable y blanducho, extremadamente pesado de portar, de lo que resulta el espíritu de la pesadez. Es necesario aprender a amarse a sí mismo con amor sano y con el fin de soportarse a sí mismo y no vagabundear.

     Un ejemplo en paralelo al párrafo anterior lo determina Cómodo Centón ante su propia calavera y cuando afirma que soy el descanso de mí mismo. Dicho de otro modo, la vida es cansancio acumulado sin que medie ningún espíritu.

    El espíritu, al mismo tiempo, padece de unas metamorfosis; inicialmente echa sobre sí todas las cargas del mundo, pretende conquistar la libertad y ser amo de ese su desierto que es la soledad, aunque no es capaz de forzar valores nuevos, y finalmente quiere su propia voluntad, ganar su propio mundo, lo cual le lleva a ser aborrecido por el pueblo porque la libertad vive en la selva o fuera de la sociedad humana, y es un estorbo para el Hombre Superior, ya que atenta contra “el poder”. En la misma línea, el espíritu está formado de sangre, y solo con esta sangre se ha de escribir el saber que se contiene en la sangre, y aunque el espíritu quede liberado aún necesita purificarse.

     Lo escrito, sin duda, se ha escrito para ser transmitido, de forma que ha de ser leído, más, aquel que lee es un perezoso que no sabe escribir con su sangre. Ahora bien, quién con sangre escribe máximas solo aspira a ser aprendido de memoria, de manera que el aprendizaje por memorización es la cárcel del espíritu. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario