sábado, 3 de mayo de 2014

01844-108.GENERALIDADES:11.Inmigración e Integración: 02.La valla de Melilla: Juan Goytisolo

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02112 (20.12.2014)
02252 (13.04.2015)


              I: LA CASA DE GOYTISOLO ESTÁ LLENA DE INMIGRANTES


      JUAN GOYTISOLO  ha escrito en el diario EL PAÍS un trabajo titulado LA FUERZA DEL HAMBRE, donde se hace una pregunta "profunda" como ninguna... ¿puede una persona ser ilegal, me pregunto, por nacer donde ha nacido?.

     Como, al parecer, no conoce la respuesta, lo que demuestra su ignorancia, se la respondemos: NO. Ciertamente, una persona no es ilegal  por haber nacido donde ha nacido. Ésta respuesta en negativo tiene una respuesta en positivo..., es ilegal si no porta papeles. 

     Responderán a lo anterior los PROGRES DE DERECHAS, como parece serlo Goytisolo, que allá donde ha nacido no le han dado papeles...; podría ser. Pero si no le dieron papales allí donde ha nacido... ¿por qué no asaltó la valla de la residencia del tirano de turno como ha venido a hacerlo en la infernal valla española?, ¿por qué?.

     Pues seamos claros; allí donde ha nacido, simplemente, le hubiesen pegado un tiro, ya que estaba saltando una valla que no tenía que saltar, mientras que aquí, en España, ponemos la valla para que no pasen y luego admitimos que tienen que pasar por encima de la valla, que hemos puesto para que no pasen, ya que las vallas se construyen para ser saltadas, de modo que todo lo anterior es el resultado de que no les dieron papeles en su lugar de nacimiento, de lo que cabe establecer que España y los españoles tienen la culpa de lo que pasa allá donde nacieron porque nacieron.

     Goytisolo es de esos españoles que tienen su casa llena de africanos, a los que alimenta y da cobijo, cocinando para ellos al tiempo que les limpia los calzoncillos.... (ver documento 01122 Y 01770 de este índice)

                                                 II: ¡OH CUÁN HIGIÉNICO!

   Dice Goytisolo inicia su trabajo en el diario El País...las víctimas del bochornoso espectáculo que contemplamos a diario en el perímetro aislante (¡oh, cuán higiénico!) de Ceuta y Melilla...", y sigue con el intelectual consabido discurso sobre la bolsa, los tiranos, la destrucción de la socialdemocracia, de el dorado, de las sociedades europeas, adormecidas y anestesiadas, (¡siempre la misma canción!, que diría Goytisolo), porque ¡ay! aquellos tiempos de "Sarajevo, Palestina, Chechenia o Argelia" leyendo a Antonin Artaud, con aquella sensibilidad de aquel que vive de describir la desgracia ajena...

    Lo que ha visto Cómodo Centón, a la par que Goytisolo, bien sentado en su butaca, mientras "contemplo lo que discurre en la pantalla", es a un señor encima de una valla, que no puede escalar, intentando quemar a un policía español, padre de familia, y otro señor, con un palo en la mano, intentando golpear a un policía español, padre de familia, que son policías porque no han tenido la suerte de ser unos "progres periodistas" allá por "Sarajevo, Palestina, Chechenia o Argelia" leyendo a Antonin Artaud y escribiendo lecciones de hipócrita moralina, de modo que lo que abochorna al Centón es la posibilidad de que esos niños de hijos policías españoles se queden huerfanos, por intentar esos policías españoles bajar a ese señor de lo alto de una valla. Pero claro... el bochorno es algo tan íntimo como personal.


                                                    III: LA VALLA DE MELILLA   

   GOYTISOLO, en su extrema sensibilidad, ve el hambre, solo que para ver el hambre antes uno tiene que estar bien alimentado dice Cómodo Centón, realidad que no aprecia Goytisolo porque está bien alimentado. La pregunta es... ¿por dónde entró Goytisolo en Sarajevo, Palestina, Chechenia o Argelia, por la puerta con sus papeles o por la valla de la casa?. Seguro que Goytisolo enseño sus papeles y cruzó la frontera, y nadie, calentito, lo devolvió a España. 

   Porque, dice Cómodo Centón, que cruzar una frontera por donde a "uno" le da la gana es un delito... o debería serlo, ya que de otro modo no se entiende para qué sirve una frontera. Y de igual modo, dice Cómodo Centón, que toda FRONTERA sea, por definición, una línea de violencia y agresión, y que para cumplir tal cometido deba de disponer de los materiales e instrumentos que hagan posible su destino, que no es otro que separar hombres. Negar pues tales materiales e instrumentos son negar la existencia de la frontera, y por lo mismo admitir que todo movimiento libre de los hombres entre países es un derecho, de igual modo que el acceso libre, por cualquiera, a una vivienda particular es licito y humanamente deseable, como lo es que el hambriento invasor se coma las existencia de una nevera particular, duerma en una cama particular y exija al PARTICULAR la obligación humanitaria que tiene de dar de comer al hambriento.

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