lunes, 8 de junio de 2015

02333-34.LIBROS: 01.Tomas Moro: Utopia

DOCUMENTO ANTERIOR:
01966 (09.09.2014 - 02.Toda biblioteca es un robo)

DOCUMENTO POSTERIOR:
02658 (27.12.2015 - Adolfo Hitler: Mi lucha)


                                                            I: INTRODUCCIÓN

     UTOPIA de Tomas Moro es un libro publicado en 1516 que contiene elementos que, en ocasiones, resultan aplicables en el siglo XXI como consecuencia evidente de la extendida ausencia de inteligencia que corroe el "siglo de la mujer".

    En su interior encontramos las enseñanzas de RAFAEL HITHLODAY, una especie de marino y filosofo que viajo junto a Américo Vespucio por las tierras que descubrieron los españoles, y a las que se les llamó Indias Occidentales, y no América, y que los bárbaros, criminales y ladrones vikincos tienen el vicio de tener como descubrimiento suyo. No obstante y para aclarar este punto, se ha de conocer lo que aconteció a Don Ludovico Correa; caminaba todos los días, al alba, el hombre por la acera de una calle, de forma que al llegar a cierto punto, donde un socavón se abría en la acera, se movía el hombre a un lado y evitaba el caer en el hundimiento habido en el suelo. Un día pasó por allí Paulina y vio el socavón, avisando al Ayuntamiento para que dieran cuenta del mismo con su arreglo. El Ayuntamiento premió a Paulina porque había sido el primero en observar el socavón. Protestó Ludovico Correa, ese socavón lo veía él todos los días antes que Paulina...., el Alcalde lo miró y le preguntó a Ludovico... ¿quién dijo haberlo visto primero?

    Lo anterior demuestra la idiotez vikinga y la inteligencia española.


                                                             II: RAFAEL HITHLODAY

     Rafael Hithloday es un hombre ya hecho, aquel que ha cumplido con los deberes de la naturaleza y que está en fase de retiro. Ha llegado a la conclusión que nada vale la pena en este mundo de miserias y riquezas enfrentadas, donde todo funciona en virtud de la fuerza, de la avaricia de unos y la soberbia de otros, y donde los príncipes hacen uso de las cosas con total independencia de su utilidad. No vale, pues, la pena aconsejar a quién no se deja aconsejar, ni vale la pena discutir con aquel que solo discute por el mero hecho de imponer su razón como esencia de la verdad. 

     Lo cierto es que Hithloday es un ilustrado sin poder. Un hombre que dice saber qué hay que hacer pero sin poder alguno para hacerlo. El Hombre de Saber ya ha hecho lo que tenía que hacer; ha hablado, ha escrito, ha enseñado, pero no es capaz de ejecutar, dice Cómodo Centón, porque si ejecuta, se equivoca, y toda su enseñanza se desmorona como ese débil castillo de naipes que es. Pensar está bien, pero solo pensar es insuficiente; hay que hacer, y es en este punto, "hacer", donde lo que se debe de hacer tiempla y se corrompe. De ahí que el Hombre de Saber desista de sí mismo, y desista de los demás, ya que "yo ya he dicho" por lo tanto "aprender la lección". Hithloday lo tiene claro... el juego político obliga al compromiso, y el compromiso es una dejación del pensamiento y, por lo tanto, un abandono de uno mismo para cumplir con un compromiso que es de raíz innoble.    

    La nobleza precisa de nobleza, o dicho de otro modo, la nobleza no permite oposición; ejecutar de tal modo una idea, esto es, sin oposición, es un acto de nobleza que requiere de una sociedad noble. Claro está, dice El Centón, que tal campo de actuación carece de merito, lo que es así en la medida que no existiendo oposición, no existe ni esfuerzo ni mérito en el esfuerzo de ejecutar una idea que, de plano, es sabia. 

    La cuestión es otra, afirma Cómodo, pues en un mundo injusto, lo justo no cabe. Esto es, solo se puede hacer justicia en un mundo justo, lo que demuestra que hacer justicia en un mundo justo es algo que, de facto, carece de mérito. 

    Rafael Hithloday desprecia lo injusto porque es lo propio de un mundo injusto, pero no incide en su cambio porque sabe que el mundo justo solo existe en el mundo de las ideas. Lo curioso reside en el hecho de que cuantas configuraciones hace Hithloday del mundo de hace 400 años, es plenamente asumible hoy día, pero con la carga negativa de que un aumento significativo de la educación no ha implicado necesariamente un salto del Hombre al Hombre de Saber. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario