DOCUMENTO ANTERIOR:
02335 (12.06.2015 - Acostarse es como hacerse el muerto)
02218 (22.03.2015 - El tardeo, la falsa novedad)
DOCUMENTO POSTERIOR:
02434 (09.08.2015)
El viento está dormido
en esa mecedora de aire.
Duerme, haciendo ver
que no está dormido,
presto a despertar con
mucho ruido, haciendo
ver a los confiados que
duerme apacible, con
ese tierno sosiego que
parece un niño dormido.
El viento está dormido
en esa mecedora de aire.
Es un día de verano, por
la tarde, y con el sol arriba
encendido, todo cubierto
por esos haces de blanca
luz que de modorra llenan,
con harto hastío, las calles
secas de agua y llenos
los humedales de vacío.
El viento está dormido
en esa mecedora de aire.
Es Alicante un campo
de silencios venidos,
una palmera entretenida
en hacer de una levedad
sombra, una sombra de
alargadas sombras hacía
el infinito, mientras está
el sol arriba y encendido.
El viento está dormido
es esa mecedora de aire.
Campa sereno el tardeo
por la tarde, campa ufano,
rimbombante, satisfecho
campa, a la luz apagada
de esa campánula campa,
que agotada de sol arriba
y encendido, gravita al son
de una fría copa colmada
El viento está dormido
es esa mecedora de aire.
Tira los tejos desde ese
balcón de esta calle, halaga,
hace la corte y pone ojos
tiernos, devoción y piedad
vienen rondando la calle
al pairo de ese sol arriba
y encendido, hasta de
sombra infinita cubrirse.
El viento está dormido
es esa mecedora de aire.
Preciosa poesía
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