miércoles, 9 de agosto de 2017

03793-17.NOTAS PARA UN IMPOSIBLE MANIFIESTO ANARQUISTA: 05.Desorden y Orden de la Imagen Divina.

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03807 (14.08.2017 - 01.Historia del Desorden y búsqueda del orden)


       A la vista de lo anterior, la Espiral, expresada en Cauces y tramitada en Orden, es la vida del Hombre dentro del Desorden. Esto requiere de un espacio histórico, en contraposición a la Naturaleza, al que llamamos CADO, y en tal lugar desarrolla el Hombre su sentimiento y adquiere su pensamiento. Más, no es suficiente; para que el Orden prevalezca se necesita darle un contenido al continente que llamamos Cado, tal es el ESTADO. El Cado es la indefinición de Hombre, ya que el Hombre se define así mismo como el límite y fin del algo y de la cosa. Esta delimitación es el mismo Hombre, es decir, tautología, eterna repetición: EL HOMBRE ES EL HOMBRE. Lo primero, pues, que sabemos es que el Cado como continente viene definido por el Hombre y, en segundo lugar, que el contenido, el Estado, es un invento del Hombre. Ahora bien, esto es mera percepción. El Hombre ha de concebir la existencia misma del Cado, lo que hace por medio del color, percibiendo de tal manera lo real. El color es una luz blanca que tiene su fuente en la Imagen Divina, es referente de futuro, signo de salvación, agonía de la luz negra propia del Cado. Lo negro, en su carencia de luz, afirma la existencia del Hombre, de modo que la visión de la Imagen Divina proporciona al Hombre la luz exterior que siendo blanca ciega el concepto de Hombre como Hombre, implicando a los hombres, resultado del Hombre, en un mundo visionario de luz blanca, como principio y fin de la vida.  

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