martes, 15 de agosto de 2017

03809-85.CINE: Abracadabra

DOCUMENTO ANTERIOR
03651 (01.06.2017 - El caso Sloane)

DOCUMENTO POSTERIOR
03848 (08.09.2017 - Verano 1993)


      ABRACADABRA es una película española, de 2017, con una duración de 96 minutos, dirigida y escrita por Pablo Berger, música de Alfonso de Vilallonga, fotografía de Kiko de la Rica, montaje de David Gallart, interpretada por Maribel Verdú (Carmen),  Antonio de la Torre (Carlos),  José Mota (Pepe), Priscilla Delgado (Toñi) y Josep Maria Pou (el dentista).


I: CONCEPTOS PREVIOS

       ABRACADABRA es un ídolo sirio; al repetir la palabra varias veces, la palabra muda en magia, cursa en un término de virtudes, cura calenturas y enfermedades. La palabra se portaba en el cuello mediante una cinta o un papel, y podía verse escrita sobre la misma piel del mago. Para que la palabra diese sus frutos tenía que disponerse en un triángulo sus letras, de forma que la palabra se podía leer en todos los sentidos. El fin de la palabra es la curación de una enfermedad mediante la intervención de espíritus buenos. También refiere el curso del sol, y se entiende como representante de lo Eterno, por lo que denota una palabra divina todopoderosa. Por otra parte se entiende como la forma de enviar el fuego personal a la muerte


II: LA PELÍCULA

      Cabe decir, en primer lugar, que Abracadabra es una película abracadabrante, una suerte de confusión y sorpresa. De ahí que Abracadabra no es una comedia, ni es un drama, ni es una tragedia; no divierte, ni hace reír, ni causa temor ni terror, ni muestra intriga alguna, y que oscila entre un interés normal y un cierto agotamiento visual en ocasiones. Cuenta la HISTORIA de un matrimonio que funciona ni bien ni mal, sino todo lo contrario, con una hija de por medio, el primo de la casada y el dentista-maestro del primo. Dicho de otro modo, cuenta la NARRATIVA una oculta relación de malos tratos dentro de la pareja, sin que afloren los malos tratos, y el proceso de curación de los casados. La SECUENCIA que determina lo antedicho queda reflejada en el descenso por una escalera hasta las profundidades de los sentidos primarios de dominio-sumisión, y la resolución de la misma que no es otro asunto que la sanación personal de los protagonistas. Hay una SEGUNDA SECUENCIA que muestra el inicio de la cura de tal enfermedad cuando los protagonistas son sometidos a descargas de luz, uno de modo directo y el otro indirectamente, quedando una TERCERA SECUENCIA, el baile entre los protagonistas, que relaciona la fase intrínseca de amor de la pareja. El resto de la cinta tiene un carácter secundario y reduce mucho el valor cinematográfico de la película. 

    El proceso de comprensión del film contiene cierta dificultad, lo que implica el previo entendimiento de los conceptos del epígrafe anterior; es decir, un proceso curativo de una enfermedad, el maltrato, que está promocionado por un elemento espiritual, Dios, y ejecutado por un intermediario, el dentista-mago. Ahora bien, la enfermedad no cursa solo en el hombre que procura el maltrato, sino también en la mujer que soporta el maltrato. Y de esto, de la curación de ambos, trata la película, y queda perfectamente reflejada en sus secuencias finales, cuando la mujer mata a la maldad, salva de sí mismo a la bondad, y se libera.

    La película, a la vista de lo anterior, es un galimatías de posibilidades, de forma que toda toma de decisión en el GUIÓN no implica específicamente que se pueda conocer la decisión siguiente dentro del transcurso narrativo. A esto ayuda la DIRECCIÓN, que maneja con mano dura la totalidad de la cinta y nada deja escapar a su dominio, lo que se ve con el bajo nivel de la FOTOGRAFÍA y de la inexistente DIRECCIÓN ARTÍSTICA, más centrada en decorados comunes, así como una escenografía sin interés, todo solapado por un MONTAJE tomado con alfileres pero bien enzarzado, máxime considerando la dificultad intrínseca del guión-narrativa.

    La ESTÉTICA, no se sabe muy bien por qué aunque podría entenderse por su ubicación en el Barrio de Carabanchel, es del TIPO CHONI para VESTUARIO, PELUQUERÍA y MAQUILLAJE; aporta un desagradable colorido a la trama, sin que prevalezca un determinado COLOR por encima de los demás, de forma que conforma un entramado de extrañas sensaciones en el espectador y sin que éste pueda ubicar un campo visual concreto ni en exteriores ni en interiores, donde dominan la LUZ de ambiente, y destacando determinadas luces de origen lateral que separa al objeto, rostros, del fondo, ofreciendo un volumen de los mismos mal configurados y especialmente en alguna sesión de hipnosis. 

    La PLANIMETRÍA es floja o más bien normal, solo destacando un Plano General de la Escalera por el valor estético que comporta en cuanto a fotografía y sin movimiento de la CÁMARA, una angulación horizontal, con un contrapicado en la grúa, grandes primeros planos sin interés, con un RITMO entre largo y breve, y una MÚSICA que busca subrayar emociones poco especificadas en las actuaciones de los ACTORES, dejando mucho que desear Antonio de la Torre, mala si la referimos a José Mota, a Priscilla Delgado y a Josep Maria Pou, y solo destacable la de Maribel Verdú.

    No obstante lo anterior, Abracadabra es una película de calidad y de dirección, notable en su exposición y por la narrativa que oculta, los malos tratos, que no puede gustar al gran público por sus indefinidos contenidos y falta de definición, aunque de una construcción inteligente que pierde fuelle a causa de elementos histriónicos varios, no necesarios, entre los que destaca la secuencia de la venta del piso, y que también se delata en la secuencia de la grúa y sobre todo en la presencia de un MONO como eje vertebrador de la constatación primaria del hombre y un posible trastorno de personalidad implícito tanto en el esposo como en la esposa, aunque en la mujer se resuelve, como ya se dijo en los conceptos previos,  como la forma de enviar el fuego personal a la muerte.

   Abracadabra hay que verla, no verla es un delito cinematografico.

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