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04288 (02.05.2018 - Mi mente)
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El tiempo en mi no existe.
No pasa.
Arranca desde el infinito,
engrandeciéndose conforme
avanza, con sus ojos de caza,
montando al aire, en vientos,
en firme y recia cabalgada.
Para, de mi riéndose, y se
jacta con sus remos hendidos,
vuela en círculos, como ave
rapaz que todo lo alcanza,
presentándome pico y garras.
Se avecina hacia mí, con esas
alas abiertas de ave carroñera,
golpeando en mi fuerte coraza,
rebotando y dañado se aleja
en busca de nuevo otro intento
Guarecido yo
en mi armadura ilimitada.
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