viernes, 25 de noviembre de 2022

07241-102.LIBROS: 01.Xixona entre dos épocas o Nomenclátor de 1887, de José Bernabé y Marisa Francés

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                                  de Francisco Arroyo Martínez

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07243 (26.11.2022 - 02.Xixona entre dos épocas 
                                       o Nomenclátor de 1887, 
                                  de José Bernabé y Marisa Francés)


I: INTRODUCCIÓN

       Ha llegado un libro, a manos de Cómodo Centón, titulado XIXONA ENTRE DOS ÉPOCAS de José Bernabé y Marisa Francés, y editado por el Ayuntamiento de Jijona en el año 2017

         Conoce el texto del NOMENCLÁTOR de 1887, de la toponimia y del censo de la citada ciudad, de su urbanismo en cuanto calles y significativos edificios, así como en relación al término territorial que desarrolla en cuatro sectores.

       Queda estructurado en dos partes principales y un anexo; una primera parte, de José Bernabé, detalla el nomenclátor de los años 1857 y 1859, así como del censo de 1859; la segunda parte, de Marisa Francés, se dedica a los contenidos lingüísticos y onomásticos; resta una tercera parte que es el fácsimil del citado nomenclátor de 1887 redactado en español.

      Se encuentra escrito en español la primera parte y la segunda en valenciano, de fácil y cómoda lectura, atractivo en sus epígrafes, redactado en párrafos cortos y asequibles, con frases directas, sin léxico especializado, académico en su planteamiento, bien estructurado. Se añaden diversas fotografías y, al margen de las páginas, anotaciones tanto de carácter bibliográfico como sobre la historia del pueblo. La BIBLIOGRAFIA aportada en las páginas 114 y 115 suman 47 documentos, de los cuales 14 responden a textos catalanes, y que son la base programática del desarrollo onomástico y lingüístico, otros tantos de la Academia Valenciana de la Lengua, así como publicaciones en la Revistas de Fiestas, y otros más de carácter complementario.
    
    En la PRESENTACIÓN nos dicen los autores que como consecuencia de una orden real, el Ayuntamiento procedió a la redacción de un manuscrito, que se guarda en el Archivo Histórico Municipal de la localidad, perfectamente legible, de buena caligrafía y donde quedaron anotadas las denominaciones de calles, números de policía de las casas, con sus números de familias, pisos, si estaban o no habitadas, así como como observaciones sobre su función tanto públicas como particulares, incidiendo, en lo mismo, en el área rural. Aparecen, pues, los llamados nombres habilitados en la fecha de 1887, y considerados, por los autores, como los tradicionales del término municipal, ignorando, por lo mismo, que tales nombres, llamados tradicionales, no tienen, en sentido estricto, porque serlos.

        Por otra parte, presentan diversos cambios de nombres, así como los citados como malos nombres, y en la página 99 inician una relación de la toponimia rural, básicamente española y su mutación actualizada en valenciano. 

II: PRIMERA PARTE

       La PRIMERA PARTE, redactada por José Bernabé, se entiende como un estudio general de los índices, el marco normativo, su elaboración y estructura, y los aspectos formales del documento que es la base del estudio. Se explican los antecedentes como interrogatorios o relaciones, y su destino como registros, la creación de la Comisión de Estadística General del Reino en 1856, llamada después Junta General de Estadística, y su nombre actual como Instituto Nacional de Estadísica.

       El Nomenclátor/Censo de 1857 fija las diferentes categorías poblacionales, ciudad, villa, pueblo, aldea, parroquia, lugar, barrio extramuros, partida y caserío, y partidas rurales en general, entre otros. 

         El Padrón de Casas de 1859 estableció las reglas de policía sobre numeración de casas y rotulación de calles, la acera de la izquierda con números impares, y pares para la derecha, y se partía para numerar de la Casa Consistorial. Por otra parte, el Campo se dividía en cuarteles mediante líneas imaginarias establecidas sobre plano y siguiendo los puntos cardinales.

         Los trabajos tenían una fecha de inicio y otra de terminación, sin levantar mano, es decir, sin cesar las labores de conteo y sin intermisión alguna. 

       JOSÉ BERNABÉ añade notas específicas sobre la ciudad de JIJONA, detallando el proceso de asignación de los números de las casas y de los nombres de las calles, dando a conocer los cuadrantes rurales determinados, la numeración de las viviendas y la denominación del paraje.

          Como quierasé que las dos citadas fechas de 1857 y 1859 no obran como definitivas, se procede a una regulación más precisa en 1887, quedando detallado en el texto de José Bernabé el marco normativo y los aspectos formales del documento.

         Por otro lado, se añade un desarrollo básico de la HISTORIA DE JIJONA en cuanto a su origen incierto y uno más documentado o cierto, así como una explicación más amplia sobre la POBLACIÓN DE JIJONA, fijando un rango de habitantes entre los 2.600 y los 8.100 dependiendo de épocas y circunstancias económicas. Establece también el DESARROLLO URBANO de la ciudad de Jijona a partir del nomenclátor de 1887, diferenciando entre un núcleo primitivo, un núcleo tradicional y un núcleo ensanche, entre el castillo y el río Coscó. Cita las calles principales, el tipo de parcela en cada uno de los núcleos, los edificios gubernamentales y eclesiásticos, así como las casas principales con sus blasones. En cuanto al término municipal establece las partidas rurales, la economía en el campo, las fuentes, cementerios, ermitas, molinos, ventas y casas labor, describiendo la estructura de la casa de campo, especialmente en lo relativo a heredades/masías. Cita, de igual modo, las corralizas, cuevas, pozos de nieve, casillas de peón, y lagares, aunque el documento del nomenclátor añade, también, colmenares, chozas y cualquier otra vivienda, con morador o sin él, si supera los dos edificios.

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