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Mientras Cómodo Centón exploraba si efectivamente está y no está al mismo tiempo y en el mismo espacio, que ha conocido de como el COLISEO de Roma ha aumentado su espacio visitable al Hipogeo, que es esa parte del edificio dedicada a gladiadores, fieras y víctimas. Porque en el Coliseo, además de celebrarse naumaquias, se efectuaban ejecuciones, luchas de gladiadores y se usaba como comedero para animales salvajes. Ciertamente las gentes que visitan el Coliseo lo hace de una forma harto festiva, pues una vez dentro es posible imaginar a los gladiadores, que eran esclavos obligados a matar y ser matados, luchar con bravura o cobardía, según entendimiento de los espectadores, y someterse a los dictados de unos asesinos llamados SPQR, esto es, senadores y pueblo romano con sus emperadores a la cabeza. Era también posible ver a unos seres humanos, conocidos como esclavos, obligados a ser menú de unas fieras salvajes que, aunque con pleno derecho a alimentarse, se nutrían de carne humana por el mero de ser humanos degradados. Y es posible, al visitar el Coliseo romano que encontremos a un ser humano de los de hoy en día, en compañía de otros humanos, jugar a emperadores romanos, moviendo el dedo, casi siempre, hacía abajo.
Pero imaginen ustedes que entran en AUSCHWITZ alegremente cantando, de una manera harto festiva, chupando un caramelo, subiéndose a las camas de los esclavos, afirmando que aunque algo incómodas tampoco estaban tal mal, dejándose rodar por el suelo del campo tiesos como un trapo cuarteado, mientras son aplaudidos y vitoreados por sus amigos, y haciendo graciosas bromas, como que se están ahogando, con sus amigos frente a las cámaras de gas.
Es una idea interesante pero no se debe olvidar la perspectiva del tiempo pasado entre la actualidad y ambos momentos históricos.
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