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Dice CÓMODO CENTÓN que las mujeres son como hombres, de modo que llegan al orgasmo a través del "pito" que poseen entre los "labios", y se pelean en el parlamento a golpe de puñetazos, y descubren, con retraso, evidencias.
Durante años se nos ha "vendido" que un mundo gobernado por mujeres sería mejor que un mundo gobernado por hombres, "venta" que jamás adquirió Cómodo Centón, así como que el acceso de la mujer al mundo del trabajo mejoraría la productividad, ya que se nos "ha vendido" que las mujeres son más trabajadoras que los hombres y son en "todo" mejores que los hombres; ciertamente Cómodo Centón tampoco compro tal producto. De hecho, desde que las "estupendas mujeres" están, Cómodo Centón ni compra periódicos ni ve telediarios, porque, además de lo mucho que han empeorado tales medios, hay que añadir que lo de la "discriminación positiva" es pura "discriminación encubierta".
El FEMINISMO es pura falacia; falacia inventada por "mujeres-machos" y por "hombres-machas", que solo merece el repudio de su propia invención.
La MUJER es capaz de asesinar, torturar, violar, esclavizar, menospreciar, manipular, maltratar, etc. tal como lo haría cualquier hombre, ya que ambos se deben a su consideración de "personas".
En el PARLAMENTO AFGANO se han peleado "Nazifa" y "Hamida", previos insultos, en una cámara que reserva una parte de sus escaños a las mujeres, estableciendo un sistema de reparto de escaños discriminatorio a favor de los "más burros", esto es, independientemente de quienes sean "los mejores", hay que meter "tantas mujeres" aunque "sean unas burras".
Por otra parte, en el Diario EL MUNDO hay una "caseta" donde solo entran las mujeres, donde solo escriben mujeres y que responde al epígrafe "ELLAS". Son "mujeres" y por eso, porque son mujeres, escriben en la "caseta ELLAS", y nos cuentan sus problemas femeninos. Si fuese PERSONAS se negarían a escribir en la "caseta ELLAS" y escribirían sobre los problemas de laas "personas" en cualquier lugar para personas. La última ha sido una tal CRISTINA FALLARÁS, escritora y periodista "ella", la cual ha descubierto, ¡que inteligencia!, que una orden de alejamiento es una bobada. ¡Pues le ha costado descubrirlo!, digamos que camina con retraso, aunque posiblemente, y en sentido estricto, la bobada sea Cristina Fallarás.
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