viernes, 22 de julio de 2011

00637-11.VIAJERO MADURO: 01.Calas de Torres y Del Charco

Documento anterior 00635
Documento posterior 00662

El VIAJERO MADURO es el viajero universal, se encuentra en todos los seres humanos, en unos más asentado que en otros, fluye siempre, a veces fluye, en ocasiones fluye a ratos, y pende su presencia de las posibilidades propias y del entorno.

Hoy el Viajero Maduro ha preparado en su casa las viandas, las bebidas y los utensilios necesarios que han de permitirle pasar un día de playa, y ha elegido una zona de la costa alicantina que se conoce como LA MARINA BAJA, la cual es un entramado de playas enmarcadas dentro de la estructura de pueblos densos en población, junto a una sucesión de pequeñas calas-playas separadas por vertientes montañosas de escasa cota, con pinares, de secano, con atochas y matorrales diversos, conocedoras de vientos racheados y calmas chichas, algunas torres vigías y pequeños cabos que trenzan una línea costera dura, seca, soleada y apenas lluviosa a ratos. En la mar se contemplaron almadrabas, donde la muerte de los atunes significaba la vida para los hombres.

El momento de la partida es por la mañana, cuando el Sol traza un angulo aproximado de veinte grados. Así, para llegar a CALA TORRES desde Alicante, hay que tomar la carretera de Villajoyosa a Benidorm, hasta alcanzar el Km.141,250 de la misma, donde una rotonda y un indicativo, nos marcara que tomemos a la derecha un camino carretero que sigue en paralelo al río Torres, el cual es el resultado de la confluencia de los ríos Anchero y La Tapiada, y que, tras una distancia de 0,6Km, nos permitirá llegar a nuestro destino. El coche, un buen amigo del Viajero Maduro, tiene al final del camino carretero el reposo merecido, junto a la desembocadura del río Torres.

La playa de Cala Torres parece una "cebra" pues no se acierta a descubrir si es de arena con piedras o es de piedras con arena; he aquí un tema de discusión una vez se ha tomado posesión del lugar. Pero una cosa es cierta: son necesarias "las cangrejeras". El agua es alta, pronto cubre hasta más allá de la cabeza, se aprecia como algo pesada, limpia, flotan algunas algas. Es agradable contemplar la playa desde el agua, que no ha de alcanzar los quinientos metros de larga, ancha, espaciosa, y sobre la misma grupos familiares, amigos, parejas y personas, en solitario, tomando el sol, como a un olor a decadencia, cierta melancolía, monotonía. Hay un "chiringuito"; algo caro, donde, si se pide permiso, se puede ocupar una mesa pidiendo la bebida. Hay un "paseo" que recorre la playa y que, a su vez, da acceso a un parque abandonado, de sendas y caminos hecho, con sus farolas y encrucijadas, árboles y plantas, como si de un proyecto fracasado se tratase. Y a ambos lados del "parque" dos esplendidas vías, de cuatro carriles cada una, con sus aparcamientos, sin utilizar porque sus accesos permanecen cerrados, sin que sepamos el motivo de tal hecho.

La cala se enmarca entre dos cabos. El "cabo a la derecha" da acceso, algo complicado, a la zona deshabitada y abrupta que llega hasta la Cala de Finestrat, aunque existe una senda a partir del alto del cabo que recorre la linde marítimo-terrestre. En cuanto al "cabo a la izquierda" recorre una zona de piedras que llega hasta una zona urbana. Aquí hubo una "almadraba" que dejo de calarse, por su baja rentabilidad, en 1934.

Después de un primer baño y algo de sol, cabe hacer la excursión por las zonas descritas. Es necesario, luego, refrescarse de nuevo, algo de más de sol y agua de seguido, y así hasta que la hora del comer toque a retirada.

La tarde ha llegado, el Viajero Maduro recobra la posesión de su coche y por el mismo trayecto que llegó, regresa hacía a Alicante. En el Km 132,200, a la altura de la Venta del Charco, situada a la derecha, de la carretera de Alicante a Villajoyosa, y a la izquierda, sale el camino carretero que nos llevará a la CALA y TORRE DEL CHARCO. Una vez en el camino, llegaremos, apenas cincuenta metros, a un cruce. A la derecha sigue el camino hasta la "torre", mientras que a la izquierda nos conduce a la "playa". La TORRE, sobre rocas, es circular y en talud, de mampostería, de unos doce metros de alta y siete de base, estrechándose conforme sube, estando coronada por matacán, desde donde se observaba. La puerta a media altura y de medio punto, se accedía con cuerda. Desde aquí, vemos la "playa".

Si volvemos al cruce que tomamos para ir a la "torre", haremos descender al coche hacía la derecha, procediendo a ignorar dos nuevos cruces a la izquierda para seguir siempre hacía la derecha, de modo que llegares a la CALA, que está en su estado natural , de piedras y poco frecuentada, donde deberemos hacer uso de las "cangrejeras". En cuanto al agua se presenta densa, cubre rápido, es limpia y algo fresca. Aquí hubo, también, almadraba hasta 1954.

Es la hora del baño de la tarde, cuando la "digestión" es cosa del pasado y el sol cae por el occidente camino de lugares extraños. El Viajero Maduro siente el cansancio, lleno de calor el cuerpo, tranquilo, sosegado..., rojo o moreno, y tiene por destino la "cama" que espera silenciosa en la casa que, por la mañana, dejamos en solitario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario