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Sabemos quién es el mejor jugador del mundo de balompié, conocemos la letra de múltiples canciones melódicas, quién es el presidente de Usa, cuál es la capital de España, hemos oído hablar del jamón de pata negra, y en economía ya nos hemos enterado que es Bankia..., pero no sabemos que ya podemos saber que podemos predecir como una pelota golpea y rebota en una pared o conocer la trayectoria exacta de un proyectil afectado por la gravedad y por la resistencia del aire; todo lo primero nos sabe a real, lo de la pelota o lo del proyectil... es como la penicilina, que sabemos que alguien la encontró pero que no sabemos cuándo, ni cómo, ni ganas que nos entran de conocerlo, porque lo del mejor jugador del mundo de balompié es "carnal" mientras que lo de la trayectoria es "un rollo".
Como sabemos lo que podemos saber, quién es el mejor jugador del mundo de balompié, ya que nuestro conocimiento de "hormigas" no da para conocer lo que ignoramos, podemos pagar al mejor jugador del mundo de balompié varios millones de euros por poner en trayectoria una pelota hacía una red, pero si la trayectoria de la pelota golpea en el poste de la portería y rebota solo nos interesa, a "unos" que no ha entrado en la red y a "otros"... menos mal que no ha entrado, sin que nos importe, ni a "unos" ni a "otros" lo de la trayectoria y lo del rebote, sino si la pelota ha triunfado entrando en la red o ha fracasado alejándose de la red.
Somos necedad con forma de inteligencia, música bailada, dinero..., somos dinero en un sentido único de una dirección donde el mejor jugador del mundo de balompié se sitúa en un punto, hacía el que miramos mientras damos la espalda a dos "teorías dinámicas de partículas". Porque dentro de unos días seguiremos sabiendo quién es el mejor jugador de balompié, mientras SHOURYYA RAY seguirá siendo un enigma irresoluble resuelto, alguien capaz de obviar la necedad de saber si la pelota golpea el poste y entra en la red o golpea el poste y se aleja de la red, alguien capaz de centrarse en la trayectoria de la pelota que cubre una distancia infinita entre dos puntos, "los puntos" no existen, y cuya masa está afectada por la gravedad y por resistencia del aire.
Y no seremos capaces de entregar esos millones de euros a RAY porque no sabemos quién es, mientras se los entregamos al mejor jugador del mundo de balompié..., que SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL nos entregase el mundo de la "histología" no merece todos esos millones de euros que nos merece ver como una pelota golpea la red o como el poste la rechaza.
Tenemos el balompié que nos merecemos y la ciencia que no nos merecemos, dice Cómodo Centón.
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