domingo, 2 de febrero de 2014

01751-44.CINE: El lobo de la calle del Muro

DOCUMENTO ANTERIOR: 01700

DOCUMENTO POSTERIOR: 01763

     El LOBO DE LA CALLE DEL MURO (para los ilustrados "The Wolf of Wall Street", y para los medio ilustrados "El lobo de Wall Street", y para nadie "The Wolf de la calle del muro") es una comedía-drama, película del pasado año 2013, de unas tres horas de metraje, nacionalidad de las Indias Occidentales-Usa, basada en el libro "Jordan Blerfort", que ha sido dirigida por Martin Scorsese, con guión de Terence Winter, música de Howard Shore, fotografía de Rodrigo Prieto, e interpretada por Leonardo Di Caprio, Jonan Hill y Margot Robbie entre otros. Cuenta la historia de Jordan Belfort, corredor de bolsa en Nueva York, durante los años ochenta del siglo XX, y fundador de una agencia bursátil. La reseña oficial presenta a un joven honrado que persigue el sueño americano pero que aprende que más allá de hacer ganar dinero a sus clientes está la ambición y las buenas comisiones, añadiéndose al dinero los concepto de mujeres, poder y drogas.

      Ahora bien y para Cómodo Centón... EL LOBO DEL MURO CALLE es la historia de un delincuente, un Brujo de la Bolsa de Comercio, cuyo fin esencial es la "manipulación" en estado puro, el robo recubierto de legalidad jurídica capitalista. La HISTORIA define al BRUJO como aquel que manipula la realidad como un aire inexistente que forja una irrealidad materializada, escena de Di Caprio con Matthew Mc Conaughey durante la comida, (ver documentos 00112 - 00362 - 00388, entre otros, de este índice), pero es un "brujo" pervertido, humillador, al que domina la soberbia, al que el amor le resulta una necesidad secundaria, y si no resulta un ser despreciable es porque la cara se la pone el "guapetón de Di Caprio". Toda la película es un desprecio absoluto hacia la condición humana, así el lanzamiento de los enanos contra una diana que fija una relación de contenido y espacio en una escena posterior donde se debate sobre la contratación de dichos lanzamientos, su legalidad y consecuencias por accidentes, sin olvidar la escena, al final de la película, dentro de un transporte público que rompe frontalmente con toda la estética visual de la cinta.

     Recuerda "el lobo", salvando profundas distancias, a "Ciudadano Kane", por la subjetividad del personaje principal, los espacios dedicados a la exaltación del mismo cuando el personaje principal se dirige a sus empleados, las fiestas con mujeres, drogas y bebida, los fracasos matrimoniales, la hiperactividad y el amor a sí mismo con el consiguiente abandono personal, la soberbia, la soledad y el fracaso final, pero con toda la carencia de los efectos visuales y estéticos, angulaciones de cámara, planos espectaculares y uso de los contrastes en luz que describe Ciudadano Kane.

      La DIRECCIÓN de Scorsese resulta plana y en ciertos momentos monótona, como ausente, circunstancia ésta que se da en la escena de la habitación rosa donde Margot Robbie se encuentra en el suelo con su hija, la cual toma en brazos Di Caprio, desapareciendo la niña como por arte de magia para dar paso a una escena de amor truncado, y esa desvinculación de la "dirección" viene dada en cierto sentido porque el GUIÓN domina sobre la historia y se sobrepone a la dirección. El primer tercio se establecen los criterios técnicos que hacen operativos las actividades del "lobo" pero que no terminan de desarrollarse ya que se parte de la idea preconcebida de que al espectador esa parte no le interesa, ya que tal vez no la comprende ni falta que hace. Pero, sin embargo, durante el segundo tercio de la película el desarrollo se convierte en un estrambótico ir y venir de mujeres y drogas, parte que no merece mucha explicación en "off" ya que se entiende de ésto si sabe y entiende el espectador: El último tercio refiere la parte delincuencial en sí misma, la aparición de la justicia y las traiciones que obran dentro de la jauría de lobos. Tal sentido dominante del "guión" elimina la presencia del Director y facilita la construcción de la cinta en el MONTAJE, que se presenta como bueno y correcto, no logrando ocultar escenas mal planificadas como son la tormenta, la caída del helicóptero o la doble secuencia del coche blanco que parece que llega bien aunque llega mal. No ayuda la ESCENOGRAFÍA y en especial en los planos y secuencias de multitudes, tanto en las fiestas de drogas y mujeres, donde destaca por su mala calidad la secuencia del avión, como en las propias de la empresa, que resultan repetitivas y aburridas, tanto en su planimetría como en los discursos de Di Caprio. La DIRECCIÓN ARTÍSTICA de Bob Shaw no aporta bondad alguna a la película, ni en las escenas de masas ni en las propias de actores, desastrosa resulta la escena de los homosexuales y el consiguiente interrogatorio del mayordomo.

    Interesante es la breve pero efectiva INTERPRETACIÓN de Matthew Mc Conaughey, sin interés la que desarrolla Margot Robbie, pero magnificas son las de Leonardo Di Caprio y Jonan Hill, que son lo mejor de la cinta; ambos hombres dan vida y son el eje central sobre el que evoluciona la NARRATIVA que responde a ritmos diversos entre largos y cortos, y en ocasiones ligeramente agitados

    La ILUMINACIÓN oscila entre el gris y los tonos carnosos, en general algo fría y sin relevancia, sin especiales contrastes que permitan la visualización de diferentes tipos de luces, tal vez porque la FOTOGRAFÍA no expresa momentos realmente interesantes, salvo en el de los tonos rosas de la escena donde Margot Robbie detiene con su pie la incursión de Di Caprio. El SONIDO es natural y encuadrado con la imagen, carente de RUIDO, así como la MÚSICA que, salvo momentos, resulta inapreciable. La CÁMARA se mantiene en una posición objetiva y se limita a captar lo que los actores ejecutan fuera de una verdadera dirección, mantiene un visionado horizontal, con algún contrapicado en las fiestas y en especial un travelling de aproximación que deviene hacia atrás en las escenas donde los empleados escuchan las palabras de Di Caprio. Abundan más las panorámicas, aparentemente subjetivas, y con cierta atención se pueden sentir alguna trayectoria. Los encuadres responden, en gran cantidad de ocasiones, a planos medios, preferentemente en las diversas conversaciones que Di Caprio mantiene, dominando la intercalación de primeros planos, salvo en la específica del barco que tiene con el representante del FBI donde la relación entre el ambiente y el personaje cobran igual e innecesaria importancia. No hay verdaderos primeros planos que muestren el interior de los personajes ni hay valores significativos en los mismos, salvo en los momentos de la ingesta de drogas más poderosas que ponen al personaje de Jonan Hill al borde la muerte, o al personaje de Di Caprio esforzándose por alcanzar el coche desde el interior del club de campo, secuencias éstas donde lo dramatico y lo cómico confluyen bastante bien.

      La película es mero entretenimiento que aporta momentos de risas en algunas escenas que resultan más patéticas que reales, lo que es así por el trabajo realizado tanto por Di Caprio como por Jonanb Hill. El visionado, aunque largo, se soporta más por lo que el "guión" promete que por lo que realmente terminan dando al espectador. Por lo demás quedará de la película las fotos de Di Caprio con los brazos en cruz, sobre un fondo neutro, dirigiéndose a sus empleados y la escena en el cuarto rosa donde el sexo de Margot Robbie es el verdadero protagonista de la secuencia, reflejando lo primero el poder del protagonista y lo segundo la esclavitud del mismo a sus instintos más primarios. 

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