viernes, 12 de septiembre de 2014

01968-236.ESPAÑA: Muerte de Botin El Brujo: El Objetivismo

DOCUMENTO ANTERIOR: 01958 - 01748 (29.01.2014)

DOCUMENTO POSTERIOR:  01972 (14.09.2014)


                                                 I: ANTECEDENTES

      Se ha muerto un banquero... ¿y qué?, ¿cuál es el problema?. Pero sí... que un banquero se muera, puede ser un problema sí tras el banquero muerto nace otro banquero. Pero sí... tras el muerto, la banca se muriese, la muerte del banquero no sería un problema... sería una bendición. Eso sí... no confundir banquero con bancario.

      EMILIO BOTIN se ha muerto; se tenía que morir... pero quién no morirá nunca sera Cómodo Centón. Parece una contradicción que se muera Emilio Botin al que conocen hasta debajo de las piedras y que El Centón pueda permanecer vivo considerando que "nadie" conoce a Cómodo.

     A lo largo de la historia se han muerto infinidad de banqueros... ¿a qué banquero muerto conoce usted?, pero seguro que usted conoce a Cervantes... ¿o no?, es la diferencia. En vida "nadie" conocía a Cervantes; muerto es conocido. Dicho de otro modo, Cervantes es una estrella, Botin es un trozo de roca que ha pasado por la Tierra iluminado por una estrella que ya está apagada.

     Es cierto que Botin nació millonario, vivió millonario, no tuvo que apuntarse a la Oficina de Empleo para buscar trabajo ni tuvo que pedir un favor a un amigo para que contratase a sus hijos en una empresa; que trabajó mucho, vale... pero lo hizo en un despacho con aire acondicionado, chaqueta, corbata y tirantes, y cuando volvía a casa la criada tenía la casa limpia, los zapatos limpios y la cena preparada... porque Emilio Botin nunca tuvo que hacer "colas", ni tuvo que buscar aparcamiento para dejar el coche, ni esperar en la sala de espera para hacerse una radiografía... 


                                         II: DEL "SABER" EN EMILIO BOTIN

      "El Santander no se fusiona, compra"; he aquí la frase esencial de Emilio Botín, donde el juego no es posible si se puede adquirir con dinero. La cuestión es que primero se ha que tener dinero, dinero suficiente para detentar "poder". Con dinero y poder se le dice al Gobierno lo que ha de hacer, y luego hay que "seguir las directrices del gobierno, sea que el sea". Pero, y además, "hoy en día ya no hay banca, sino bancos", es decir, hay que destruir al resto de los bancos para que mi banco sea el único posible si es posible, y esto hay que hacerlo con la "voluntad de adelantarnos a los acontecimientos" cada día, porque "cada día tiene su afán", y desfilando de bufón cuando sea necesario hacerlo, disfrutando de lo que se hace.

      Todo lo anterior es OBJETIVISMO... la realidad es independiente del Hombre, y éste accede a aquella por medio de los sentidos pero interponiendo la razón, de forma que obedecer a la naturaleza del hecho tiene por resultado el dominio del Hombre sobre la naturaleza, y es esto en lo consiste la felicidad, es decir, en el interés para uno mismo racional. Semejante idea y tal comportamiento lo proporciona el "capitalismo" en su estado más puro... "dejad hacer, dejad pasar" de Vicent Gournay.

    EMILIO BOTIN reunía, pues, todos los fundamentos esenciales del objetivismo... el orgullo y el egoísmo como virtud, la humildad como un vicio y el extremismo como una bondad, dentro de una transformación de lo metafisico en algo físico sostenido por la razón y que fuera comprensible por la emoción. El Hombre es un fin en sí mismo, de ahí que no sea el medio para los demás. Botín existía por sí y para sí mismo, y no entendía el sacrificio por los demás, ya que lo que sostenía como válido era su propio interés, su razón y su felicidad como expresión moral de sus actos.

    Y ha muerto de manera fulminante, sin arrastrar consigo miseria alguna... ni enfermedad, ni dolor, ni agonía, de forma que su muerte ha sido tan agraciada como lo ha sido su vida.

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