viernes, 17 de abril de 2015

02255-40.EL VIAJERO MADURO: Sierra de La Serreta (Alcoy-Alicante)

DOCUMENTO ANTERIOR:
02228 (30.03.2015 - 01.Valle de Ceta (Alicante)
02232 (31.03.2015 - 01.Los Bosques)

DOCUMENTO POSTERIOR:
02287 (15.05.2015)
02508 (27.09.2015 - 03.Alcoy: Cruz y Ermita de San Cristóbal (Alicante)



   LA SERRETA es una sierra exenta de 1.050 metros sobre el Ayuntamiento de Alicante que, por medio de la Loma del Ojo del Moro, enlaza con el Alto de Dubois (909 metros) y Los Montes de Sánchez (813 y 824 metros). Queda orientada suroeste (240 grados) y noreste (70 grados), con una longitud de tres kilómetros y una anchura de de dos kilómetros, situándose al norte la CV-70, estando rodeada de amplia foresta de pinos y matorral con gran variedad de flores. 

  Desde Alicante tomamos la A-77 hacía Alcoy, y a continuación la CV-70 hacia Benilloba, y a unos 800 metros encontraremos un letrero, a la derecha, que dice Mas de la Serreta, que tomamos unos veinte metros para dejar el coche, aproximadamente debajo del Alto de Dubois. Nos encontramos a 760 de altitud sobre Alicante. Dirección sur vemos un camino carretero que prohíbe la circulación de coches, pero que es usado por los vehículos de los propietarios de la zona. Tomamos tal camino, del que durante 0,800 Km. veremos salir algunas sendas y un primer desvío carretero a la derecha que ignoramos, así como un segundo a la izquierda que obviamos, y caminos entre pinos, quedando, en ocasiones, franca la visión a la izquierda, lo que nos permite ver la ciudad de Alcoy.

    Diversos trinos de pájaros, que no logramos ver, nos acompañan durante la excursión; tenemos la sensación de ser observados y controlados, como si por medio del gorjeo se fuesen los unos avisando a los otros sobre la presencia de invasores en la zona.

   Pocos metros antes de llegar al Más de la Serreta, el camino se bifurca, el de la izquierda sirve a la casa, que es una magnifica construcción de piedra en varios bloques, de tonalidad ocre y con unas huecos que recuerdan tipologias románicas, góticas y renacentistas, disponiendo, ligeramente apartada, una pequeña capilla con una espadaña en su portada, centrándose en su amplio patio exterior una fuente con una pequeña alberca posterior. El lugar resultaría encantador si no fuera por la cantidad de trastos que allí habitan. Si hemos tomado la casa por su fachada delantera, desde la fuente veremos que sale un sendero sentido sur que tomaremos para alcanzar la parte trasera de la casa.

   Si en la citada anteriormente bifurcación subimos el camino de la derecha, pasaremos por detrás de la Casa de la Serreta, lo que nos impide conocer lo descrito anteriormente. Tras la casa hay una explanada donde confluye la senda de subida desde la fuente y el camino de la derecha desde la bifurcación. Al final de la explanada giramos a la derecha, dirección sur, y apenas unos pasos dados nos encontramos ante un cruce de tres vías. Nos encontramos a 820 metros de altitud

    Tomamos la vía central, que es una senda de un metro de ancha y que arranca subiendo. En cierto sentido se puede decir que, en realidad, aquí se inicia la subida. La senda se irá estrechando progresivamente, desde el metro de ancho del inicio a zonas de apenas treinta centímetros, en ocasiones su suelo será tierra, piedras incrustadas y cantos rodados, pequeñas subidas y falsos llanos, entre pinos y carrascas, durante una travesía de 1,500 Km. pudiendo ver a nuestra izquierda, a la luz de algunos claros, la totalidad del Valle del Travadell, Muro de Alcoy al fondo, Cocentaina y Alcoy, tras los cuales una imagen panorámica de la Sierra de Mariola, cuya visión no cansa. A la derecha veremos la cordal de la sierra, y en su base, a 900 metros de altitud el inicio de la zona rocosa, una pared de cerca de unos ochenta metros de altura, extendida sobre unos 800 metros de larga. Vemos también una posible subida que, en realidad, es una torrentera de fuerte pendiente, que larga desde la zona rocosa formando tres bandas, dos laterales de cantos rodados grises y una central de color amarillento de piedras más diminutas que simulan ser un camino. No existe conexión alguna entre la dicha torrentera y la senda por donde andamos, pero si encontramos en nuestro camino, en ocasiones, ciertas agrupaciones de piedras grises generalmente a nuestra izquierda, así como pequeños tramos donde la tierra ha cedido y la senda hace una especie de anticlinal. Es interesante en este tramo observar el follaje y el matorral, ambos variopintos, combinados y compactos, así como multitud de troncos quemados incorporándose a la tierra.

     Nos cruzamos con una lagartija, que no nos saluda, sino que altiva sigue su caminar.

     Hasta aquí la senda ha zigzagueado, con leves pendientes y falsos llanos, orientada al noreste y veinte grados, y nos encontramos en lo más notable de la umbría; el arbolado es más potente, aumentan las zonas sombrías, y se endurece la vegetación. Estamos a 900 metros de altitud e iniciamos una subida orientada al este, tal vez la parte más pesada de la excursión pero que no deja de ser un pequeño repecho, un tramo de 300 metros que nos permitir rodear la montaña, de forma que dejamos atrás la masa alborea y nos adentramos en un paisaje abierto de suelo de piedras y de tierra que nos enseña el Castillo Señorial de Penella a unos 300 metros más abajo de nosotros; es del siglo XIII y situado sobre un peñón calizo de paredes verticales, tiene torre del homenaje y una edificación almenada. En lo más alto de este tramo hemos caminado unos 2600 metros, y nuestros pies se asientan sobre una especie de inexistente peña rocosa que mira al este y donde podremos ver al pueblo de Benilloba y la Sierra de la Serrella, y mirando hacía la derecha los pueblos de Benasau, Alcolecha y Penaguila, situándose tras ellos la Sierra de Aitana, y ya al sur el pueblo de Benifallim y la Sierra del Plans. La vista panorámica es, simplemente, magnifica y el dominio de la Serreta aplastante.

   Con esto debemos girarnos 180 grados y mirar al oeste. Estamos al inicio de la cordal de la sierra, a unos 970 de altura y apenas a una distancia de 800 metros de la cubre, salvando un desnivel de unos 80 metros. Pronto daremos con unas carrascas que forman con el inicio de los RESTOS IBEROS un conjunto urbano perfectamente visible pero muy deteriorado. El área ocupa una extensión de 300 metros noreste-suroeste por 100 metros noroeste-sureste y en suave pendiente; se aprecia la distribución de las casas en dos estancias, en virtud del terreno y una calle central en algún tramo. Se encontraron por excavaciones de Visedo (1920) y posteriormente por Pascual diversos utensilios domésticos, armas y cerámica, una figura de mujer en barro y planchas de plomos con inscripciones.

   Nos encontramos en este lugar con un poblador de La Serreta; una culebra de unos treinta centímetros, preciosa y casi negra, que indiferente a nuestra presencia cruza la senda pausadamente y desaparece tras un matorral.

   Poco a poco la cordal se va estrechando, con lo que alcanzamos el Monolito en memoria de Camilo Visedo, aumenta la roca incrustada en la tierra, y alcanzamos la antigua Caseta de Vigilancia de la Segunda República, levantada entre 1936-39 para la vigilancia y aviso de la llegada de los aviones del Bando Nacional, que roza la ruina total. Apenas estamos a unos metros del punto geodésico, que alcanzamos, coronando los 1.052 metros de la cumbre de la Serreta, habiendo recorrido unos 3.400 metros de caminos y sendas, salvando una distancia de 300 metros entre la cota donde hemos dejado el coche y la cumbre.

   Solo queda rehacer esos 3.400 metros, ahora de bajada y por el mismo camino, para completar una jornada de casi 7.000 metros andados. 

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