viernes, 15 de mayo de 2015

02287-41.VIAJERO MADURO: Fuenterrobles (Valencia): La Cueva Santa

DOCUMENTO ANTERIOR:
01778 (26.02.2014 - Al píe de la Sierra de Avicuerca)
02255 (17.04.2015 - Sierra de La Serreta en Alcoy, Alicante)

DOCUMENTO POSTERIOR:
02424 (04.08.2015)


NOTA PREVIA: 
los textos entrecomillados han sido tomados prestados del libro 
AL PIE DE LA SIERRA DE LA AVICUERCA
de Francisco Arroyo Martínez



                                                                 I: LA TIERRA

     FUENTERROBLES es un pueblo de Castilla La Mancha situado en la Comunidad Valenciana por decreto gubernamental que deshizo la España de los reinos del Antiguo Régimen Absolutista e inicio la división provincial de España que, con algunas variaciones, ha llegado hasta nuestros días, recuperándose la división por reinos, hoy como autonomías, que lejos de procurar la unidad de España, como acontece en Francia, ha logrado que "los españoles" sean un concepto extraño para los españoles aunque común para los extranjeros.

     Es un pueblo que pertenece a la Comarca de Utiel-Requena, provincia de Valencia, con una superficie de 50 kilómetros cuadrados, tradicionalmente agrícola, y en la actualidad muy desarrollada en cuanto a granjas de cerdos y pollos; dispone de restos de un poblado ibérico en el Cerro de La Peladilla y de un telégrafo óptico en la Sierra de La Avicuerca o Bicuerca, así como la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de 1757, sus fiestas son "Los santillos de la piedra" en agosto, la "candelaria" en febrero y "los mayos" del 30 de abril.

     El pueblo, que queda ubicado en una zona semi-verde al norte del Sabinar y oeste de La Bicuerca, se sitúa centrado en una especie de valle entre Camporobles al norte, La Sierra de Bicuerca al este, la acequia Madre al sur y oeste, continuada, ya fuera del término, por el macizo de Alahud al oeste y dentro de la Serranía Baja de Cuenca, ocupando una cota de nivel de 882 metros sobre Alicante, que es de las bajas del término. La parcelación de la tierra es elevada y muy repartida, siendo inexistentes las grandes fincas, con arbolado de olivos, algunos almendros y productos de secano como cereales, disponiendo de diversas fuentes de agua.

   
                                   II: ROMERÍA A LA CUEVA SANTA DEL CABRIEL

      El primer domingo de mayo los fuenterrobleños celebran una romería a la Cueva Santa. Destaca, en primer lugar, que dicho peregrinaje tiene su destino fuera de la Comunidad Valenciana y, por tanto, fuera del término de Fuenterrobles; no sabemos si hay otro caso igual en el mundo, pero de momento tal heroicidad se la tenemos que atribuir a los fuenterrobleños.

     Técnicamente el viaje se inicia en la plaza del pueblo; y allí se podría cantar... "a la romería me dices que vas. Que la Cueva Santa no te haga mal", más como en toda romería el inicio es algo personal. Son 15 km. de ida; lo mejor es coger el vehículo de cuatro ruedas. Sale el Viajero Maduro desde el Km.5 de la CV-467 que está en el Lavadero, al oeste del pueblo, y apenas unos metros se ve a la derecha el inicio de un camino carretero, llamado de la Casa Nueva, que tomamos; es una pista ancha, de suelo blanco y polvoriento, de unos tres kilómetros. Hemos dejado a la derecha, a unos 250 metros, el Chopo del Regajo, mientras vemos docenas de granjas de pollos y cerdos a derecha y a izquierda en un tramo de algo más de 500 metros, de forma que una vez pasado el cruce hacia La Roedera se abre ante nosotros una tierra blanca de verde plantada, olivos primero, vides y cereales; sin duda, el agua no falta. Una vez en La Casa Nueva dejamos el término de Fuenterrobles y ya estamos en Castilla La Mancha, y recorrido un kilómetro más llegamos a CV-474 a la altura del Km.8, que tomamos hasta pasar el Km.10, girando a la izquierda para tomar el Camino de Las Veletas durante 2.300 metros, con dirección sur. Curiosamente estamos en una romería, más nadie camina; otros vehículos nos acompañan, algunos orgullos jinetes vemos montados en sus caballerías, sigue siendo la tierra blanca a nuestra izquierda, y a la derecha El Cerro de Las Cabezas llena de verdor arbolado nuestra vista. Dejamos a la izquierda La Casa de Las Veletas, en ruinas, que estuvo habitada por un matrimonio de ancianos que de su pozo agua ofrecía a los romeros de hace algunos años, cuando la romería a píe se hacía. 

     Llegamos en esto a un cruce de tres caminos, vemos que ya han cuajado los ababoles, y tomamos el de la derecha, entramos en La Hoya de la Horza sin apenas apreciar que solo desde Fuenterrobles algo más de treinta metros hemos subido. El paisaje se forma a cuadros, olivos y algunas vides nos acompañan a lo largo de 1,5 Km., mientras bordeamos El Cerro de Las Cabezas que a más de mil metros se eleva, y vemos al frente la frondosa capa de pinos que forma el Lalabú con sus 1007 metros de altura. ¡Que silencio reina!... "se visten las tiernas flores con el manto cristalino que el relente va bordeando sobre los campos heridos". Huele a fresco y agradable mientras tuerce el camino carretero, que se estrecha, a la izquierda, de modo que a algo más de trescientos metros, y tras dejar un barbecho, surge La Casa Alahud y el Pozo Lejío casi a un mismo tiempo; hemos dejado atrás el secano de los labradores

   Hemos llegado a destino; hemos hecho en coche 12,0 Km., y no queda otro camino que hacer el camino de romero vestido, que son 3,0 Km. lo que a las piernas les toca andar por la Serranía Baja de Cuenca. Nos espera un primer tramo de 500 metros que, aunque zigagea dos veces, porta sentido sureste, y al tomarlo advertimos que no todos los romeros hacen de sus pies el vehículo del camino, pues sigue siendo carretero y para los coches, de uso, que el cruce siguiente trazan sus ruedas a la derecha mientras seguimos nosotros de frente. Ahora si que sabe a romería, aunque Miguel ya no venga "pero trazó el camino que debemos proseguir amigos y convecinos", y subiendo lentamente hacemos de la senda, entre pinos, espesuras y contrastes, un andar que nos lleva a lo más alto de la vía pues estamos a 935 metros sobre Alicante, donde vemos, a la vera, como un mozo se agacha mientras ella espera.

    Estamos en El Castillete, nuestra vista al noreste, y mientras les adelantamos "dale el mozo un ramo de romero que sabe a gozo a la muchacha" que le está mirando. Más empezamos a bajar, pareciendo que nos alejemos del cielo que esta de azul pintado y sin nube alguna relleno. Huele bien, a limpio, estilizados pinos forman al margen del camino que es ahora, en realidad, dos sendas separadas por una interminable hilera de arbustos verdes y diminutos; aumenta el silencio, solo a nosotros nos oímos, mientras recorremos los mil metros de este senderismo que nos lleva, casi sin darnos cuenta, al Barranco De Los Hornos, punto en el cual tenemos que ceder el paso a varios vehículos que nos atacan por la derecha, de modo que somos vencidos e iniciamos una leve pendiente de 200 metros, punto en el cual pasamos a caminar dirección sureste y subiendo durante un corto trecho, a partir del cual, y durante 1,5Km. todo será bajar y planear al mismo tiempo, mientras vemos hermoso todo el entorno de la Serranía Baja de Cuenca, que "el camino se hace corto por colinas y barrancos"

    "El camino se hace largo de las ganas que tenemos de estar un día contigo". Seguimos en paralelo al Barranco de la Cueva Santa que queda a nuestra derecha y no vemos porque se inicia allá, a unos trescientos metros, y al Barranco De Los Hornos, que está a nuestra izquierda y no vemos porque pinos jóvenes, mucho matorral y un terreno en pendiente no permite el verlo, pero no a mucho tardar y allá, a lo lejos, destacan las aguas azules del Embalse de Contreras, su presa en el Cerro del Castillo y la autovía A-3 que lo cruza sobre el Rabo de la Sartén. El andar es animoso; se cruza el Viajero Maduro con jinetes a caballo, otros haciendo fotos, hablando, conversando, esperando a los rezagados, con gentes que están de retorno... "romero florido es de mi agrado, de la romería yo vuelvo cantando", con coches que levantan polvo blanco que ciegan ojos, que rompen el silencio y atruenan amenazadores con su eco de bestias artificiales, y entiende el Viajero Maduro que vayan los mayores a la romería mecanizados, pero que sean jóvenes no lo entiende. 

    Queda poco; se advierte porque el camino va bajando con leve pendiente, con piedras distribuidas a su antojo, y sale una senda a la izquierda que de tomarla nos llevaría a Las Tierras Blancas, pero quedan 400 metros, aumenta el número de romeros... "por los angostos senderos vamos haciendo camino", hasta que a un giro de la vía una pequeña explanada, de coches llena, parece dar fin a la romería; más, no...., estamos en lo alto de un acantilado, y a unos veinte metros abajo está la cueva esperando. 

    Hay que tomar una senda que parte orientada al este, que se convierte en amplia curva, al cabo de la cual vemos a nuestra izquierda, apenas unos metros hacia abajo, La Casa del Ermitaño, derruida, dominando todo el Embalse de Contreras, y más acá El Peñón Blanco; seguimos unos metros, ahora hacia el oeste, y entramos en una umbría, entonces nos damos cuenta que estamos a 850 metros sobre Alicante, a pie de acantilado, con la pared a nuestra derecha y un manto verde a nuestra izquierda, apareciendo de pronto, como por arte de magia, La Santa Cueva, que da su cara al Barranco de La Cueva... "otra vez hasta el barranco con emoción contenida, hemos llegado contentos en hermosa romería". Es frondosa la vegetación, pinos carrascos se apiñan junto al acceso y sabe a santo el lugar... porque "en este mayo florido, cuando los días alargan, volvemos ilusionados a rendirnos a tus plantas", hallándose la senda muy transitada de romeros que van, otros que vienen, de manera que unos han de ceder el paso a los otros, pues... "por la espesura del monte sabemos que nos esperas, con el corazón abierto a romeros y romeras".

    Una escalera metálica nos ayuda a acceder a la entrada, que da a un pasillo angosto.. "ya llegamos a la Cueva de la ribera del río, venimos con ilusión de estar un día contigo", por el que caminamos agachados y a tientas, donde unas gotas de agua saliendo de la roca, como si fuera un grifo, nos tocan. Ya estamos en el interior de la cueva, "el pórtico de la gloria", un palacio de agua petrificada donde reina la Señora. Tres puntos de luz iluminan una sala semicircular de unos 25 metros de ancha por unos 8 metros de alta, donde dos espléndidas estalactitas hacen de columnas de sostén, y en la parte más elevada del suelo, sobre un altar dispuesta la virgen, vemos a un grupo de fuenterrobleños asistiendo a los oficios dentro de un necesario silencio. 


                                                III: DE LA COMIDA Y DEL MAYO

    Ya hecho el camino de regreso a La Casa Alahud, se planta el comedor bajo pinos y sobre una mesa de pon y quita se extiende la comida campestre y se bebe, y a poco que uno se descuida se hace la hora del Mayo a la Virgen. Hay en el paraje una era, donde presente está la Virgen; allí se reúnen los fuenterrobleños con expectación, escuchando en silencio y con devoción los requiebros y peticiones que Francisco Arroyo Martínez ha escrito para la Virgen. 

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