lunes, 25 de mayo de 2015

02303-16.POLITICA GENERAL: 03.Velocidad, espacio y tiempo del Pensar: 01.Lectura

DOCUMENTO ANTERIOR:
02093 (08.12.14 - 01.Velocidad y tiempo del pensar)
02102 (13.12.14 - 02.Finlandia la anticaligráfica)

DOCUMENTO POSTERIOR:
02687 (17.01.2016 - 01¿Qué es corrupción?: 01.Concepto)
03148 (20.09.2016 - 02.La Educación: Sugata Mitra (SOLE)
                                       nunca conseguiría educar a Cómodo Centón)
04473 (25.07.2018 - 02.De los periodistas serpientes: Huelga de repartidores de prensa)



                                                              I: ANTECEDENTES

      Dice Cómodo Centón en su TEOREMA GENERAL DEL PENSAMIENTO que todo pensamiento actual ya ha sido pensado en el pasado (ver documento 01445 de 27.05.2013 de este índice)

     En cuanto a INTERNET, dice Cómodo Cento que Internet sirve para lo que sirve; no sirve para enviar fotitos, no sirve para remitir mensajitos, ni sirve para decir... "fíjate, está lloviendo", ni sirve para explicarle al mundo que hoy tu novio no te ha follado, entre otras cosas. Porque Internet, que fue un gran invento, se ha convertido en una gran mierda.

    Pero claro, la realidad es otra... ahora casi todos tienen "feisvu" en Internet, y no sabe Cómodo Centón cuantas cosas más, como miles de películas, miles de libros, miles de mensajes, y miles de estupideces más que, pasado el tiempo, se convierten en rémoras históricas pululando en "la nube".


                                                       II: DE LA ESCRITURA

   SÓCRATES fue un retrogrado que no escribió; tal vez no escribió porque no existió. Pero PLATÓN, que era un progresista, si escribió; bueno, tuvo poco de progresista. Lo cierto es que la tradición oral del "saber" con Sócrates, se convirtió en tradición escrita con Platón.

   Hoy, ya entrado el siglo XXI, parece estar sucediendo algo similar; la tradición escrita sobre papel esta siendo suplantada por la tradición escrita en pantalla. Cómodo Centón sería el equivalente a Sócrates, no sabemos si Cómodo existió, sería el retrogrado, mientras que "otro", no sabemos quién, sería Platón.

   Sócrates tenía razón cuando decía, tal vez no lo dijo, que la mente era más rápida que la escritura (ver documento 02093 de 08.12.14 de este índice), aunque si sabemos que lo dijo Cómodo Centón, y de igual modo dice Cómodo Centón que la escritura sobre teclado es más rápida que sobre papel (ver documento 02102 de 13.12.14 de este índice)


           l                                             III: DE LA LECTURA

     Al problema de la escritura, añade Cómodo la lectura. LEER es estar uno en sí mismo, debiendo ser el instrumento de uso un elemento cálido; la LECTURA es el acto del leer, de modo que cuando se lee, es el cerebro, como estar uno en sí mismo, lo que capta aquello que está más allá de uno mismo, en el caso que nos ocupa, un instrumento cálido que llamamos papel, para convertirlo en un resultado del proceso del "pensar" que llamamos "pensamiento". Dicho de otro modo, y siguiendo a Cómodo Centón, piensa quién carece de pensamiento.

     La LECTURA EN PANTALLA es, hoy, un manifiesto error si damos por buena la Lectura en Papel, ya que esta segunda ha resultado ser un evidente éxito durante los últimos miles de años. El PAPEL, ya lo hemos dicho, requiere aislamiento y concentración, de forma que se hace preciso separarse de los demás para leer un libro. En este sentido sería lo mismo con la PANTALLA, pero el problema de la pantalla reside en los elementos que la acompañan como mero uso de lectura, y nos referimos a las "redes sociales" que el papel no dispone. 

     La inclusión de las REDES SOCIALES es lo que distorsiona la concentración durante la lectura en pantalla, de manera que la intervención de las mismas reduce la concentración y el entendimiento, de forma que cambia la forma de leer y, por lo mismo, la disposición del cerebro hacia el esfuerzo, ya que la lectura en pantalla pierde profundidad por la distorsión de la que está acompañada, como anuncios y correos o simples llamadas visuales que, imperiosamente, son contestadas, de modo que el intercambio de información se vuelve inmediato y rápido, lo que impide reconocer la información recibida, analizarla y estructurarla. El mejor es el más rápido. 

     Hace ya cuarenta años que DIOCLECIANO trabaja en una notaría; por entonces, y al término de la firmar la escritura, preguntaba el cliente cuándo pasaba a recoger las copias, contestando Diocleciano que en quince días. Con el tiempo llegó la maquina de escribir eléctrica, a lo que contestaba Diocleciano que en una semana estarían preparadas las copias. En ambos casos se marchaban los clientes felices y volvían en los tiempos marcados. Pero llegó el ordenador, y en una hora ya se disponían de las copias, ¡una hora! exclamaba el cliente, y luego llegaron las impresoras laser, prometiendo Diocleciano que en minutos estarían las escrituras, ¡tantos minutos! exclaman los clientes....

     La rapidez ha sustituido a la concentración, y en igual medida la rapidez mental ha sustituido a la concentración mental. Antes la vida era un continuo aprendizaje del leer, ahora se salta de una lectura a otra. Esto implica que de continuo "pensamos" para "volver a pensar" de modo que no somos capaces de forjar, en profundidad, un pensamiento. Hoy en día "se piensa" para responder, no se hace para tener un "pensamiento", es decir, una idea, y menos para tener una idea profunda. 

    Dicho de otro modo, y valga como ejemplo cualquier programa de televisión; no existe un programa de televisión donde se exponga una pregunta o problema a resolver, y que al concursante se le de un año de tiempo para contestar, lo que es así porque importa la inmediatez de la respuesta y no la profundidad de la misma: Se requiere, por respuesta, una palabra, no se requiere que la respuesta se contenga en cinco, diez o veinte folios. Es decir, simplicidad si, complejidad no; lectura superficial si, lectura compleja no. 

    Si acudimos a una sala cinematográfica, al término de la película la crítica suele ser... "es buena" o "que mala"; los críticos requieren de expresiones como "esplendida", "una obra magistral" o "lenta y pesada", desechandose los elementos técnicos de la cinta en cuanto a dirección , montaje, luz, cámara, peluquería o interpretación entre otros, de modo que prevalece el saber simple del entretenimiento por encima de la profundidad del mismo. Y lo mismo ocurre con la novela y el arte en general, y con la ciencia, donde la inmediatez y rapidez del descubrimiento y su encumbramiento social es la prioritario. 

     El ESPACIO del "pensar" es reducido, estrecho y simple, el TIEMPO es nulo y la VELOCIDAD puede superar a la propia de la luz, de modo que la CONCENTRACIÓN se asemeja más a partículas elementales que saltan de punto en punto y nunca saben dónde están y para que están, ni lo que son. Lo cierto es que la FILOSOFÍA HA MUERTO; no hay filósofos, no hay ideas. Los últimos los podemos situar, más o menos, a finales del siglo XX, y hoy día solo nos quedan, básicamente, algunas "mujeres" que intentan pensar ante la inexistencia de hombres que piensen. 

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