viernes, 3 de junio de 2016

02950-67.CINE: Madame Bovary

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     MADAME BOVARY es una película inglesa, del año 2014, de 120 minutos de duración, un drama dirigida por Sophie Barthes, guión de Rose Barreneche, Sophie Barthes, basado en una novela de Gustave Flaubert), música de Evgueni Galperine y Sacha Galperine, fotografía de Andrij Parekh, siendo los actores Mia Wasikowska (Emma), Henry Lloyd-Hughes (Charles Bovary), Ezra Miller (León), Paul Giamatti (Monsieur Homais) entre otros.  Cuenta la HISTORIA de Emma Bovary, una mujer nacida para la felicidad pero que se retrata en una vida que acumula desdichas, y que la precipitan al suicidio entre un marido que la ama y unos amantes que la rechazan, entre la pobreza de su origen y una riqueza que no llega.

     La DIRECCIÓN es un desastre, se le mire por donde se le mire; Sophie Barthes no comprende a Emma como mujer ni dentro de la historia en la que fluye su existencia. Y tal vez sea así porque el GUIÓN, donde participa como autora, deja mucho que desear y no sirve para desentrañar el contenido emocional de la protagonista ni el paciente y sosegado existir del viudo doctor Bovary, y si a esto le sumamos el desastroso MONTAJE, obtenemos un conjunto que en varias partes de la cinta resulta insulso, pesado y somnoliento. La FOTOGRAFÍA nada aporta al metraje, y por mucho que se quiera buscar no se encuentra, salvo en el final de una escena de cama con la luz entrando en rasante sobre los rostros de los amantes. El COLOR se mueve entre verdes y azules que combinan con el frío del paisaje, y ciertos dorados productos de cirios y chimeneas, resultando el resto un mal contraste entre sombras y luces, donde se imponen los tonos suaves y difuminados tanto en paisajes como en interiores.

    Estamos ante una película llena de RUIDOS, viento, pisadas, chasquidos, movimientos que quieren aportar realismo fílmico pero que terminan estropeando la sensibilidad de la protagonista, de modo que está ausente el SILENCIO; con la MÚSICA se pretende suplir las carencias sensitivas y emotivas de Emma que porta la directora del film, sin lograrlo, resultando en ocasiones excesiva e innecesaria, a lo que podemos añadir una DIRECCIÓN ARTÍSTICA que siendo suficiente pasa casi inadvertida. Mejora la PELUQUERÍA, sin excesos, y la SASTRERÍA en los diferentes vestidos de Emma en contraposición al general vestuario del resto de los actores.

    Los ACTORES carecen de pasión, no tienen interés alguno y contribuyen al desastre general de la película. La CÁMARA parece estar ausente; responde a varios travelin laterales de acompañamiento así como de retroceso, pero ni capta fehacientemente las panorámicas que busca ni los momentos de desesperación de Emma Bovary. No aparecen primeros planos ni planos de detalle que puedan responder al elemento pasional y violento de la protagonista, ni sirven los movimientos subjetivos de cámara para recoger el sentimiento de Emma. Los leves contrapicados sobre el comerciante prestamista se quedan en ejecuciones de estudio, así como los picados ejercidos sobre Charles Bovary desde la ventana donde Emma lo ve alejarse sin sentimiento alguno

      Las SECUENCIAS en el convento y de la caza se quedan cortas e insulsas, resultando desastrosas en su montaje, ni son significativas las propias dentro de la iglesia, siendo repetitivas las que quieren mostrar el rechazo social que protagonizan las mujeres del pueblo cargadas con leña, y sin interés alguno la de la fiesta en el pueblo, así como las supuestas escenas románticas de Emma con sus amantes, y dejando mucho que desear la escena de la muerte de Emma tanto en la parte que toca a Mia Wasikowska como actriz, como aquella que es ejecutiva por Sophie Barthes como directora.

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