miércoles, 22 de junio de 2016

02986-122.ALICANTE: 11.Las Hogueras: 02.Año 2016: La Mascletá

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                                 02.La mascletá o la cuerda de petardos
                                      ¿Dónde ejecutarla?)


                                                                     I: HISTORIA

     El origen de la MASCLETÁ se situa en la ciudad de Valencia como fin de la Fiestas de Fallas, el día 19 de marzo, desde donde se ha ido extendiendo por diversas localidades de la Región Valenciana y, posteriormente, algunos lugares fuera de España. No obstante lo anterior, la mascletá no deja de ser una traca de petardos unidos mediante una cuerda que ya se ejecutaba anteriormente a su implantación oficial, en los términos actuales, en la ciudad de Valencia en la década de 1940

    En ALICANTE la primera mascletá data de 1988.

   Se dice mascletá por ser tal nombre el propio de los petardos sonoros de gran potencia, los cuales se sitúan en línea o sucesión, conocida como traca.


                                                                   II: CONCEPTO     

     Se trata de un disparo diurno de fuegos artificiales, donde predomina el oído sobre el ojo. Significa esto que la Mascletá precisa del absoluto silencio de los espectadores, y del ejercicio del sentido auditivo por encima de cualquier otro. Sin embargo, no quiere decirse con lo anterior que el espectador pueda sentir el efecto sonoro de la exhibición de espaldas; es preciso mirar para con el mirar completar el sentido del escuchar, y en la misma medida es preciso callar. Es decir, el silencio es esencial para escuchar una mascletá y poder contemplarla visualmente. 

    Por otra parte, el RELOJ es un instrumento esencial de la escucha de la mascletá, ya que el reloj nos permite marcar los tiempos de escucha, fijar los periodos de cambio y reconocer los elementos básicos

    Se dice que MASCLETÁ es un disparo pirotécnico de ruido y ritmo ejecutado al mediodía.


                                                III: OBJETIVO Y DURACIÓN 

    En esencia se trata de una sucesión de ruidos rítmicos con cierto aporte visual. La secuencia de la potencia auditiva debe de ser de menos a más; tierna y floja en su inicio, explosiva y atronadora en su final, radicando su máxima dificultad en los periodos intermedios. 

   La DURACIÓN es de unos seis minutos. 

   El primer minuto debe de mostrase amable y capaz de centrar la aclimatación del espectador al suceso. Aquí deben de predominar las notas de bajo contenido sonoro y ejecutados desde el suelo, con cierto acompañamiento aéreo, y algo de color espaciado.

    Los minutos dos al cuarto deben de fijar la primacía aérea a media altura, con elementos sostenidos, al modo BARITONO, de forma que una onda evolutiva no uniforme venga a ejecutar altos y bajos, y donde el cenit y el nadir sean disconformes entre ellos o variables evidentes, de forma que el ritmo del crecimiento sonoro y los silencios del ruidos deben de ceder cierto espacio a los elementos coloristas, logrando que la visualización, sin ser esencial, debe cobrar cierto ligero protagonismo de percepción en sentido secundario.  

   El minuto quinto debe de romper la tramoya principal anterior, y servir de engarce al ritmo; se trata de potenciar el sentido sonoro, suprimiendo toda ejecución visual. Es el momento en el cual el espectador ha de cerrar los ojos, contemplando la secuencia sonora en su periodo inicial de pureza. Aquí el RUIDO RÍTMICO es el actor principal actor, y ha de mostrarse como el TENOR que es. Nos encontramos en el momento donde los GRANDES PETARDOS han de iniciar su recorrido, que debe de ser sostenido al comienzo, y acelerado en su final.

   Con esto alcanza la mascletá su sexto minuto. Se trata de una EXPLOSIÓN donde el ritmo carece de sentido. Se impone una atronadora sucesión de petardos, tanto en tierra como en aire, que eliminan la parte más gruesa en pólvora, donde el suelo tiembla y el sentido de la percepción corporal sustituye al auditivo, siendo la terminación casi un imposible. 


                                                           IV: LA TÉCNICA

    La mascletá, en sentido estricto, es una traca o petardos dispuestos sobre una cuerda a cierta altura o sumida en un tubo que hace de cañón, siendo el uso variable de esos elementos de disparo lo que conforma ruido y ritmo. Por motivos de seguridad se establece la cantidad máxima de pólvora en 120 kilos.

    Queda ESTRUCTURADA en tres zonas de manifestación: aérea alta, tierra y aérea intermedia. 

    En la Zona Aérea Alta se disponen los petardos de contenido medio con gran proliferación de los mismos que se entremezclan con explosiones coloreadas y silbantes, en ocasiones aleatorias y en otras escenas queriendo formar conjuntos, con mezcla de rosas, azules y verdes principalmente, respondiendo a puntos diminutos que se desvanecen dentro del silencio que aportan al espectáculo.

   En la Zona Tierra se fijan las tracas más rápidas y las más contundentes por su sonoridad, son las que hacen temblar el suelo, las cuales combinan bien con cierto nivel bajo de coloreante aéreo en los colores descritos.

    La Zona Aérea Intermedia destaca en la parte central de la mascletá, lo que es así en la medida que un bajo estruendo sonoro combina bien con silbidos y petardos aislados, ambos sin colorear, siendo esta zona el continuo sonoro de la secuencia general, resultando la menos espectacular y atractiva, pero es un necesario relleno si se quiere proyectar el espectáculo a una duración de seis minutos. Y es aquí donde se corre el peligro de obtener un resultando positivo o bien uno negativo, es decir, entre mantener la atención del espectador o bien producir en éste un evidente aburrimiento. 


                                                     V: EL PIROTÉCNICO

    El Pirotécnico es el maestro; idea, conforma el orden, combina los elementos, y ejecuta la mascletá. Y puede hacerlo de forma manual o bien de forma electrónica.

    La FORMA ELECTRÓNICA queda reflejada en una secuencia mediante ordenador; fallar en esta forma es fallar en su programación, ya que se ha tenido tiempo suficiente en aleccionar a la mecánica del sistema binario para una correcta ejecución. Si bien es cierto que el empleo de esta técnica permite una mayor complejidad de la secuencia de petardos, no garantiza el resultado final en cuanto a éxito de la mascletá

    La FORMA MANUAL requiere de una compenetración del maestro con sus ayudantes, lo que puede dar lugar a vacíos de tiempo como consecuencia de una mala orden dada o bien de la incomprensión de una orden recibida. 

    En cualquier caso, ni una forma ni la otra forma inciden en la proyección de la secuencia, que es idea del maestro. 

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