domingo, 19 de junio de 2016

02981-44.IMPOSIBLES: 01.El árbol sabio

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    Casi a diario camino por las matanzas; busco una sombra donde ocultar el calor que sofoca mi cuerpo, mientras escucho el cantar silencioso que me rodea. Las  nubes pasan por el viento llevadas, en lenta procesión transitan, blancas y de llena luz blanca son como losas que roban la energía al sol, que a la tierra es destinada. Y yo las veo alejarse por el levante, después de verlas venir por el poniente.

   Un árbol generoso, cuyo nombre ignoro, de hojas verdes lleno, me llama por mi nombre, al verme pasar, mientras escucho el cantar silencioso que me rodea, bajo los rayos del sol, acalorado, como ya he dicho, por el camino de las matanzas, bajo las nubes blancas. Es un sabio árbol que la naturaleza puso en el mundo, y fue tanta la sabiduría que puso en el árbol sabio, que no quedo más saber para depositar en el entresijo de otro árboles, de cuyos ignotos motivos no se haya constancia en libro alguno. 

    Vive solo el árbol sabio; en el camino de las matanzas solo vive, y en su quedo existir, entre las nubes viajeras y la tierra sujeta, entre los crepúsculos, me ha visto llegar, y al verme, me ha llamado como ya he dicho. Sin embargo, yo no lo he oído, que me fijo en su extensa sombra, que toda calor arrebata de los cuerpos que la circundan, y, entre ellos, que me encuentro, siento el fácil sentir del fresco y no oigo porque no quiero. Más insiste; me llama por mi nombre, y yo, que ya estoy sin la calor afectado, presto mi oreja a serle oído. 

   Dicen que el sol se ha quejado, que la luz que proyecta desde el espacio a la tierra no llega, no por yerro del sol, sino por tropiezan los rayos en la frondosa foresta del árbol, y se queja el sol que toda la tierra está yerma, ya que del todo es cierto que toma el árbol sabio toda la energía que la luz del sol porta al planeta. Y yo no se si es cierto el argumentario del sol, pero advierto que la tierra está seca mientras florecen las ramas del árbol de un hermoso y húmedo verdor como no existe en ningún otro lar, de ahí que entiendo tenga razón razón el sol en sus quejas; es cierto, toda la fuerza del sol se queda en las hojas del árbol sabio, porque es tan extenso su volumen en el espacio, que pareciera cubrir la tierra entera pues se traga toda la energía de los rayos, no quedando sino hambre para el resto del espacio. No se alimentan las semillas, no brotan de ellas las vidas que prometen sus entrañas, y al ser toda la tierra un páramo, no se alimentan los animales, de forma, dice el sol, que todo está muerto por el tropiezo que son las hojas del sabio árbol. 

     Cuando llueve, cuando las nubes blancas se detienen, buscan las gotas traspasar el extenso follaje, más no pueden; siempre hay una hoja, más baja que otra, que retiene para su uso el agua que de las blancas nubes se desprende.

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